¿Los snacks para mascotas son solo un elemento ocasional? No exactamente. Según especialistas, estos productos cumplen un rol mucho más complejo en el bienestar físico, emocional y conductual de animales domésticos. Un buen uso puede marcar la diferencia en el comportamiento de perros y gatos.
Así lo explica Ana Francisca Soto, académica de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Andrés Bello, quien comenta que “cumplen muchas funciones que van más allá de un regaloneo ocasional. Por ejemplo, ayudan a estimular mentalmente a los perros y gatos si se entregan como parte de juegos o en juguetes interactivos. También pueden tener una función nutricional o terapéutica, ya que algunos aportan suplementos digestivos o mejoran el pelaje y las articulaciones”.
Además, los snacks pueden ser aliados del vínculo humano-animal, facilitar entrenamientos o terapias —como esconder medicamentos— y aportar a la confianza, especialmente en animales tímidos o con historial de maltrato.

¿Qué tipos de snacks existen?
“Hay algunos que son naturales, que no tienen aditivos artificiales. Pueden ser preparados en casa, con pedacitos de hígado, verduras cocidas o ca
e deshidratada”, señala Soto. También existen los snacks funcionales que contienen ingredientes como omega 3, glucosamina o probióticos, útiles para complementar tratamientos en casos de artrosis, alergias u otras condiciones. Los snacks dentales, por su parte, “están diseñados para reducir la placa bacteriana a través de la masticación o también mediante polvos. Pero es importante mencionar que ayudan como prevención, no como tratamiento”, aclara la docente de la Universidad Andrés Bello.
También existen en el mercado opciones hipo alergénicas, con proteínas hidrolizadas o sin granos, útiles para perros o gatos con alergia alimentaria. “Hay snacks para animales senior, o con enfermedades renales y hepáticas. Entonces hay que saber elegir según la edad, la condición médica y las preferencias de cada mascota”, comenta Ana Francisca Soto. Y agrega un consejo principal: “Siempre hay que revisar los ingredientes y preguntar al médico veterinario. No todo lo que dice ‘saludable’ en el envase sirve para mi mascota”, advierte.
Errores más comunes
Uno de los principales errores es ofrecer snacks en exceso. “Muchas veces se sobrepasa el requerimiento calórico diario, sobre todo cuando se usan en entrenamientos. Hay que saber cuántos dar, qué tipo, y si es necesario, reducir un poco la ración del alimento principal del animal”, indica Soto.
“También es riesgoso dar premios inadecuados, como restos de comida humana. Pueden tener ingredientes tóxicos como ajo, cebolla o chocolate”, advierte la docente de Medicina Veterinaria de la Universidad Andrés Bello. Otro problema es no respetar las restricciones médicas, o premiar sin querer conductas no deseadas.
Uso de manera responsable
El uso adecuado de snacks no depende solo del producto, sino del contexto. “Hay que usar snacks bajos en calorías, saludables, con un valor nutricional que sume a su dieta. No solo calorías vacías, como se habla en medicina humana”, señala la académica UNAB.
En este sentido es que deben usarse en el momento exacto durante el entrenamiento, para que el animal asocie claramente conducta y recompensa. Los snacks no deben superar el 10 % del total de calorías diarias. Si tu mascota necesita muchos premios por entrenamiento o terapia, lo ideal es ajustar su dieta base con ayuda profesional.