En las últimas semanas, se ha registrado un aumento significativo de casos del virus Boca, Mano y Pie, generando preocupación especialmente en jardines infantiles y establecimientos de educación parvularia.
Esta enfermedad, que afecta principalmente a niños menores de cinco años, es causada por diferentes tipos de enterovirus, siendo el más común el Coxsackie A16.
Debido a lo anterior, las autoridades sanitarias, específicamente el Servicio de Salud de Atacama, hizo un llamado a reforzar las medidas de higiene en los recintos educativos y en los hogares, especialmente el lavado frecuente de manos, la desinfección de juguetes y superficies, y la ventilación de espacios cerrados.
De acuerdo a Sandra Díaz Rozas, académica de la Facultad de Enfermería de la Universidad Andrés Bello, sede Viña del Mar, esta enfermedad se caracteriza por “fiebre, dolor de garganta, lesiones dolorosas en la boca que pueden dificultar la ingesta de líquidos y sarpullido con ampollas en la boca, manos y pies, lesiones que la distinguen de otras enfermedades infecciosas”.
“Aunque suele afectar a menores de cinco años, también puede presentarse en niños mayores e incluso en adultos, aunque con síntomas más leves”, añadió.
¿Cómo se transmite el virus Boca, Mano y Pie?
“La vía de transmisión es por contacto directo con las secreciones de una persona infectada (saliva, lágrimas, secreciones nasales), las heces (especialmente en pañales) y el contacto con superficies y objetos contaminados (juguetes, mesas, pañuelos) que el virus puede albergar”, explicó la académica de la UNAB.
Cuáles son los síntomas de esta enfermedad
Fiebre, dolor de garganta, lesiones dolorosas en la boca que pueden dificultar la ingesta de líquidos y sarpullido con ampollas en la boca, manos y pies, lesiones que la distinguen de otras enfermedades infecciosas.
Cómo se evita el contagio del virus Boca, Mano y Pie
Para evitar la propagación de esta enfermedad, la profesional aconseja:
- Lavado de manos frecuentemente con agua y jabón especialmente después de cambiar pañales o estar en contacto con secreciones corporales.
- Limpiar y desinfectar a diario los objetos y superficies que tocan los niños, como juguetes y mesas.
- Desechar los pañales en una bolsa cerrada y llevarlos directamente a la basura.
- Mantener a los niños enfermos en casa, alejados de salas cunas, jardines o escuelas, hasta que desaparezcan los síntomas.
- Limitar el contacto físico cercano con personas infectadas.