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29 de Septiembre de 2011

Cambio de Roles, por Siozay

Hoy en día muchas cosas han cambiado, ya casi nadie manda cartas, ni les pide permiso a los papas para salir con una chica o un chico… Todo es más independiente y mucho más rápido… Hasta diría que hay un gran cambio de roles entre la pareja…

Por Caro Cuevas
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Hoy en día muchas cosas han cambiado, ya casi nadie manda cartas, ni les pide permiso a los papás para salir con una chica o un chico… Todo es más independiente y mucho más rápido… Hasta  diría que hay un gran cambio de roles entre la pareja…

Atrás quedaron esos matrimonios o convivientes donde la mujer abnegada, se quedaba en casa haciendo los quehaceres del hogar, esperando a su marido con una rica comida para atenderlo cuando llegara del trabajo… Ella toda transpirada y con un delantal a cuadrillé de dueña de casa que nunca se alcanzaba a sacar… ufff me alegro que eso cambiara, porque con suerte se alcanzaba a echar una manito de gato, que para ese momento hubiera sido mejor una manito de tigre… Porque la cara de chataaa, no se la sacaba nadie…. y  ahí estaba su maridito que tan tiernamente le decía…¿Por qué estás con esa cara de poto?… ¡¡¡Cambia el caracho!!!
Claro como si la pobre no estuviera cansada de cocinar, hacer el aseo, cuidar a los niños, lavar, planchar y más encima atender al “pobre hombre  que viene cansadito de la pega”, como si en la noche  aquel hombre le diera algún incentivo, un jugueteo, algo, no sé… Pero nada pasa. Ahí se queda dormido en tres segundos y ronca toda la noche… qué “rico”… dulces sueños, ni eso puede hacer tranquila.

Pero hoy, gracias a la luz divina, todo eso ha cambiado…Aunque sé que quedan varias parejas así… ¿Serán masoquistas digo yo? Bueno, en toda moda siempre existen fanáticos de lo clásico y no cambian nunca…

Hoy en día, las chicas se aburrieron de tener la estampa de esa típica mujer de los 80, ahora nos encanta ir a trabajar, salir algunos días de la semana con las amigas a tomar algo para despejar la mente de la pega o, por último, para pelar un rato, aunque típico terminamos hablando de los defectos, pero más de las virtudes de nuestras parejas, de lo bueno que son en todo, en otras ocasiones les hacemos la terapia, a la nueva amiga, que está ahogada porque nunca sale sola y necesitaba desahogarse, luego de varios traguitos, llegamos contentas a la casa a proponerle a nuestro  hombre que tengamos una de esas noches de lujuria desenfrenada, ¿o no me digas que no lo has hecho nunca? Es que me puedo llegar a morir… Vámonos poniendo las pilitas, si no quieres ser la típica mujer del delantal de dueña de casa cuadrillé…. Ahhhh..

El hombre, por su parte también ha cambiado. La mayoría ya no llega de su trabajo esperando encontrar  una rica comida servida en la mesa, no, no, no.

Ahora, ellos la cocinan y lo mejor es que lo hacen increíble… ¿O no me van a decir que no hay nada mas sexy que ver a un hombre cocinar? Aparte de  sentirnos un poco  excitadas, nos sentimos muy cómodas, casi como unas  reinas. Tenemos el placer de ver cómo todo lo hacen perfecto, pican todo pequeñito justo como nos gusta y como nunca nos queda, son más cuidadosos y lo mejores que lavan y dejan todo ordenado… Perfecto para nosotras…

Varios planchan de maravilla y más encima les relaja, les encanta llevar el desayuno a la cama, les gusta hacer las compras, son mucho más sensibles, conozco algunos que lloran con todos los comerciales de Clos de Pirque… Aunque usted no lo crea… Tieeeernos, bueno igual algunos me emocionan, pero no toooodos.

Mientras ellos se siguen perfeccionando en los quehaceres del hogar, nosotras ahora tenemos hasta el poder del control remoto, ¿quién lo diría…? Pero aparte de eso, trabajamos, tomamos las decisiones importantes, manejamos las cuentas, la economía del hogar, somos las serias, a veces frías y calculadoras, llevamos el control de casi todo en la casa, hasta en algunas ocasiones, elegimos sus ropas, sus perfumes, sus peinados, sus zapatos… Todo para su beneficio… Obvio. Todas queremos potenciar a nuestro macho.  Obvio…

Realmente han cambiado los roles, y debo admitir que me encanta…  Aunque no podemos negar que “algo” de esa mujer, dueña de casa con delantal a cuadrillé tenemos todas… De vez en cuando, nos baja la geisha que llevamos dentro y los atendemos como reyes, les hacemos masajes, les preparamos sus comidas favoritas, los consentimos en todo, hasta los llevamos de paseo donde ellos quieran, por eso no se pueden quejar, incluso la frase “No, ahora no, me duele la cabeza” quedó en el pasado guardada con el uslero y el plumero… hoy en día siempre, pero SIEMPRE, tenemos ganas de jugar y divertirnos con nuestra pareja, o con algún amiguito especial… ¿O no?

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