Cuatro rasgos inequívocos para diferenciar a un bebedor social de un borracho de tomo y lomo

Mientras algunas personas saben disfrutar de un par de tragos ocasionalmente, sin sufrir una adicción que altere su salud física y emocional, existe otro grupo de la población que pierde el control y es incapaz de moderar su consumo.

Según el psiquiatra de Clínica Vespucio, Dr. Rafael Vizuete, el alcoholismo termina dañando la salud física y mental interfiriendo en las funciones y responsabilidades económicas y sociales del bebedor.

Chile es el país de América Latina con mayor consumo de alcohol per cápita, con  9,6 litros anuales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). De hecho, 1 de cada 3 chilenos tiene problemas con el alcohol, de acuerdo a cifras entregadas por el SENDA en el año 2014.

“El alcoholismo es una enfermedad  crónica,  habitualmente progresiva,  producida por la ingestión abusiva y adictiva de alcohol. Se produce un daño cerebral progresivo y finalmente la muerte”, explica el especialista.

Pero, ¿cómo saber si mi consumo de alcohol es problemático? El especialista explica que a diferencia de un alcohólico, un bebedor social es aquella persona que no pierde el control de la ingesta y no transgrede las reglas sociales.

¿Cómo reconocer a un alcohólico?

– Tiene mayor tolerancia al alcohol y cada vez necesita mayor cantidad para llegar a un efecto deseado.

– Experimenta abstinencia: sensación de irritabilidad, ansiedad y problemas para dormir si no bebe.

– Pierde el control sobre el alcohol y es incapaz de evitarlo o moderar su consumo.

– Tiene conductas antisociales recurrentes, como beber alcohol en exceso en lugares poco apropiados e iniciar peleas.

“Una persona que presente estos síntomas debe acudir a un especialista, para evaluarlo de acuerdo a sus hábitos de consumo, la historia familiar y su comportamiento social. Además, se deben descartar enfermedades orgánicas productos del consumo de alcohol”, explica el médico.

El alcohol en cifras

– Uno de cada tres chilenos tiene problemas con el alcohol.

– El consumo de alcohol es mayor en hombres que en mujeres, con una relación de 3 a 1.

– El 50% de los jóvenes se embriaga a partir de los 17 años y un 5% desde los 12.

– Para que el alcohol produzca daños en el hígado, mujeres y hombres deben consumir una dosis diaria cercana a los 30 y 60 gramos, respectivamente.

– Si se mantiene ese consumo por cinco o más años, es probable que un 1% desarrolle cirrosis hepática.