Mario Götze, autor del único gol de la final contra Argentina, y el resto del conjunto fueron recibidos al grito de “Fussballgott” -“Dios del fútbol”-, coreado por cerca de 400.000 aficionados concentrados ante la Puerta de Brandeburgo berlinesa.
“Sin vosotros no estaríamos aquí. Todos somos campeones del mundo”, les saludó por su parte el técnico Löw, quien también fue testigo de cómo sus jugadores y los aficionados entonaba una canción para molestar a la albiceleste.