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Desastre en Avellaneda: la cronología del violento enfrentamiento entre hinchas de Independiente y U de Chile

La historia de una de las noches más negras del fútbol sudamericano se escribió este miércoles en Avellaneda, donde la barra de Independiente acorraló a un grupo de hinchas de la U, dejando un saldo de casi 100 detenidos y varios heridos.

Una de las noches más negras de la historia del fútbol sudamericano se registró este miércoles en el Estadio Libertadores de América, en el marco de la revancha de los octavos de final de la Copa Sudamericana entre Independiente y la U de Chile. Lo que debía ser una fiesta, terminó en todo lo contrario. Una vergüenza internacional que dejó un triste saldo de heridos, destrozos y casi 100 detenidos, situación que desencadenó que Conmebol tomará la determinación de cancelar el partido.

Un total de 19 heridos y 98 detenidos, incluyendo seis menores de edad y seis mujeres, fue el resultado de una fatídica noche, según el último reporte de la Comisaría de Avellaneda, luego de que la barra de Independiente invadiera el sector de la fanaticada azul y protagonizara serios incidentes.

Cómo escaló la violencia en las tribunas del Estadio Libertadores de América

La seguridad falló desde un comienzo. El club organizador tomó la insólita decisión de ubicar a la barra de La U en la bandeja superior del estadio, por encima de los hinchas locales, sin mayor separación entre las parcialidades.

Los más de 3 mil hinchas azules coparon su sector, donde no hubo mayor revisión y algunos de ellos entraron con proyectiles, armas blancas y bombas de estruendo. Esta última fue lanzada durante el entretiempo.

Bajo este contexto, la U de Chile saltó a la cancha con la ilusión de dar el golpe final a Independiente y clasificar a los cuartos de final. Todo comenzó bien para los dirigidos por Álvarez, que abrieron la cuenta a los 11′ gracias a un gol de Lucas Assadi, cuya ventaja duraría hasta el 27′ cuando Santiago Montiel emparejó el encuentro.

Debido al 1-0 que obtuvieron en la ida, Universidad de Chile estaba clasificando con este resultado, lo cual estaba desatando la algarabía de los hinchas visitantes. Sin embargo, las tribunas lejos de albergar una fiesta, fue el epicentro de una batalla campal.

Con el primer tiempo en curso, cerca de 30 barras bravas de la U rompieron los baños del estadio y comenzaron a lanzar objetos a los hinchas locales que estaban ubicados abajo. Según declaraciones de simpatizantes argentinos, entre los proyectiles hubo butacas, materia fecal e incluso un inodoro. Otra de las versiones sobre cómo comenzó el enfrentamiento apunta a que hinchas de Independiente habrían intentado sacar y robar los lienzos de la barra Los de Abajo.

La tensión creció en cada sector del estadio durante el entretiempo. Los hinchas azules sacaron más butacas y varias de ellas terminaron prendidas en fuego, y luego, uno de ellos lanzó una bomba de estruendo hacia la “Garganta del Diablo”, lo cual hizo que los enfrentamientos se tornaran aún más violentos.

En este marco, y contra todo pronóstico se dio inicio al segundo tiempo. No obstante, solo se pudieron jugar tres minutos debido a que la situación comenzó a hacerse insostenible. Pese a que los propios jugadores de la escuadra estudiantil se acercaron a pedir calma a su hinchada en medio de la orden de desalojo, los incidentes por parte de los dos bandos continuó e hizo que el árbitro y autoridades de seguridad de Conmebol se retiraran de la cancha para posteriormente dar por cancelado el partido.

AGENCIA UNO.

Zona liberada de policías

Ante esto, la mayoría de los hinchas de la U evacuó del sector, pero cuando solo quedaba un grupo menor de chilenos, un grupo de barra bravas de Independiente irrumpió por sorpresa y los acorraló haciendo uso de capuchas, armas blancas y palos. Lo que siguió fue una barbarie: los pocos azules que quedaban fueron brutalmente golpeados, desnudados, e incluso, uno de ellos cayó al vacío, quien de momento se encuentra en estado crítico.

Los registros que se han viralizado en redes sociales demuestran la crueldad de los hinchas argentinos, en lo que pareció una verdadera cacería: personas inconscientes sobre las gradas, hombres ensangrentados y desnudados, e incluso en uno de ellos se aprecia a un menor de edad siendo agredido con un palo en la cabeza.

Esto, ante la inacción de la policía trasandina. De hecho, según testimonios de hinchas de la U, fue la propia policía que permitió a los barras del Rojo hacer ingreso al sector y que Los de Abajo tuvieron que bloquear uno de los portones para que las familias pudieran salir.

La salida del estadio fue caótica, con ambulancias entrando y saliendo rumbo al Hospital Fiorito y al Hospital Perón. Afuera, en el puente Pueyrredón, se registraron nuevas corridas y enfrentamientos con efectivos policiales. Dentro del recinto, los fanáticos locales colgaron camisetas de la U en las rejas como “trofeos” tras la gresca.

El bus de la Universidad de Chile también sufrió consecuencias, ya que hinchas de Independiente lo apedrearon, situación por la cual los jugadores y el cuerpo técnico tuvieron que permanecer encerrados en los vestuarios durante varias horas, para luego emprender rumbo al hotel en la madrugada.

Reacciones

Tras los graves hechos de violencia ocurridos en el Estadio Libertadores, el presidente de Independiente de Avellaneda, Néstor Grindetti, emitió desafortunadas declaraciones donde descartó cualquier responsabilidad de parte de los hinchas argentinos.

En diálogo con TyC Sports, Grindetti afirmó que “Independiente no ha tenido nada que ver. Está claro el comienzo y la continuidad del problema”.

“Hay 90 detenidos que son de la U, hay un claro responsable. Vamos a defender a Independiente, si hay que viajar a Paraguay lo haremos. Corresponde una sanción al club chileno y una liberación de responsabilidad a Independiente“, agregó.

En esa misma línea indicó que “lo de hoy fue lamentable, los simpatizantes de La U nos destrozaron los baños, tomaban los artefactos y los tiraban por la tribuna. Una violencia inusitada, absolutamente injustificada”.

Por su parte, el presidente de Azul Azul, Michael Clark, sostuvo que las declaraciones del timonel del Rojo “no están a la altura. Creo que es una muestra de una deshumanización de lo que pasó“.

Veníamos a ver un partido de fútbol, veníamos a ver otra cosa y ahora damos gracias de que todos los rumores que habían, al parecer que no eran ciertos, no eran reales”, añadió.

Clark lamentó que su par argentino estuviera pendiente de los puntos, más que de los mismos hechos. “Pero estar preocupado de los puntos y quién tuvo la culpa ante los hechos que vimos, creo que es muy poco importante“, cerró.

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