El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a tensionar la relación con las ciudades gobernadas por demócratas que serán sedes del Mundial de 2026, al sugerir que podría solicitar a la FIFA el traslado de partidos si considera que existen problemas de criminalidad o falta de cooperación con el Gobierno federal.
Las declaraciones surgieron durante una reunión en la Oficina Oval con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino. Consultado sobre qué condiciones podrían justificar que se retire la sede a alguna ciudad, Trump respondió: “Los gobernadores van a tener que comportarse. Los alcaldes van a tener que comportarse“.
El mandatario hizo un hincapié especial en California. “Tienes un alto índice de criminalidad y tienes un lugar que acaba de sufrir grandes incendios… Amo Los Ángeles. Si quieren ayuda durante esto, me encantaría enviar a la Guardia Nacional o a quien sea necesario”, agregó.
El mandatario insistió en que actuaría de forma preventiva: “Si creemos que va a haber crimen, si somos obstruidos por el gobernador (…) me encantaría que él llamara y dijera: Nos gustaría tener algo de ayuda extra, porque si hay siquiera una señal de un problema, queremos entrar antes de que ocurra“.
Las advertencias se suman a la amenaza que Trump hizo el mes pasado respecto de Boston, tras expresar su descontento con la alcaldesa Michelle Wu. Este lunes, sin embargo, evitó precisar criterios concretos y reiteró: “Si creemos que habrá alguna señal de problemas, le pediría a Gianni que lo moviera a otra ciudad“.
El impasse de Trump por el cambio de sedes de Mundial con Infantino
En un momento inusual, Trump se dirigió directamente a Infantino para buscar una confirmación pública: “Gianni, ¿puedo decir que lo moveremos?“. El presidente de la institución evitó respaldar la idea y respondió: “La seguridad es la prioridad número uno… Hoy podemos ver que la gente confía en Estados Unidos”, destacando que existe un grupo de trabajo conjunto para asegurar una “celebración de unión”.
El eventual traslado de sedes sería una decisión sin precedentes, considerando que las ciudades anfitrionas fueron confirmadas en 2022 y llevan años preparando infraestructura y planes de seguridad. Pese a ello, Trump ha reiterado que su preferencia sería que las autoridades locales soliciten desde ya apoyo federal: “Si nos lo dicen ahora, no van a tener un problema“.