Nos recibe en su oficina como Académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile. Alejandro Micco Aguayo, economista y con una historia de más de treinta años como militante de la Democracia Cristiana (DC).
Micco, quien analiza el actual momento político y económico, asegura que está golpeado por la decisión de la Junta Nacional del partido el sábado, que definió su apoyo a la candidata del Partido Comunista, Jeanette Jara.
Quien fuera subsecretario de Hacienda (2014-2018), en el segundo gobierno de Michelle Bachelet, pese a asegurar que todo en su cabeza esta aun “caliente”, aterriza lo que esperaría en materia económica de los candidatos a La Moneda, aunque plantea que, hasta ahora, solo ha sido mucho ruido y pocas nueces.
– ¿Observa alguna propuesta económica concreta en los candidatos presidenciales?
– No ha habido muchas propuestas concretas hasta ahora. Conocimos más detalles de quienes participaron en las primarias; se habló del tema de la expansión fiscal, de la enfermedad del crecimiento. Pero en general, las candidaturas fueron bastante livianas en sus programas económicos, más allá de un par de frases, un tríptico. No hubo mucho más que eso. Aunque todavía hay tiempo para que eso cambie, y tengo la confianza de que aparecerán más definiciones.
– ¿Espera definiciones más concretas?
– Quizás no tanto en el detalle. Soy de los que creen que el programa de gobierno no tiene que ir al callo, todo delimitado. No se trata de tener cada proyecto en un punto específico, pero sí de ir encontrando puntos de acuerdo.
–¿Hasta ahora no los ves?
-Es que hay temas importantes. Por ejemplo, cuánto énfasis le voy a poner yo al crecimiento. Eso, en términos prácticos, ¿qué significa? Estamos en una situación con un déficit muy importante en vivienda y una falta de capacidad del Estado para reaccionar más rápido. Para ir un paso más allá, ya se requieren decisiones más firmes. Como decir: OK, ¿qué implica esto? ¿Voy a tratar de que mis políticas públicas busquen flexibilizar los planos reguladores para permitir, por ejemplo, construir más densamente en zonas donde pasa el Metro?
– ¿Observas algún punto diferenciador entre los candidatos en materia económica?
– Han salido algunos temas, aunque todo sigue siendo un tríptico. La candidata Jara habló del crecimiento hacia adentro, aunque después salieron a aclarar que no era exactamente eso lo que querían decir. Más allá de eso, un punto clave en políticas públicas es quién está arriba. Importa quién gobierna.
– ¿Se perdió el norte?
– Te pongo un ejemplo: si vas a desarrollar la vivienda pero chocas con temas medioambientales, o estás haciendo un hospital y aparece el tema de las arañitas, lo clave es quién gobierna. Porque eso pesa mucho. Si tengo a alguien en el gobierno con claridad sobre qué necesita más énfasis, esa señal baja de inmediato.
– ¿No ha habido esas señales?
– Ahora, si tenemos a alguien que no es claro, y cuya bancada va al TC en contra de los permisos sectoriales… Cuando uno ha estado en el gobierno, sabe que la normativa siempre da para mucho. Y que importa enormemente el mandato desde arriba, la convicción de lo que se busca. Cuando ese mandato está, tiendo a pensar que la burocracia del Estado chileno reacciona, sea de izquierda o de derecha.
-¿Cree que hay claridad de qué opción genera mayor bienestar social?
– No lo tengo claro, en términos de políticas públicas, qué postura puede generar más bienestar económico hoy. Un ejemplo concreto: puedo entender el fin loable de hablar de un salario mínimo de $750.000, pero en un país donde la mediana salarial es de $700.000, me parece que no se entiende el impacto potencial que eso puede tener en el empleo, especialmente para la gente de menores recursos.
– ¿Pero si Jara le diera progresividad, como sucedió con la jornada de 40 horas?
– O sea, puedo decirle a todos los chilenos que tengamos un salario de un millón y medio en diez años… y eso puede ser pura inflación. Entonces, estaría mintiendo. Conozco a mucha gente del Partido Comunista y les tengo mucho respeto, aunque no esté de acuerdo con sus ideas, y quiero entender que esto es honesto. Pero si hablas de $750.000, dime el horizonte. Porque la gente piensa en un año, dos, máximo. Lo mismo pasa con la propuesta sobre la UF.
– Es bastante visceral…
-Podemos discutir la UF, pero cuando se lanza una idea al boleo como se acaba la UF, ¿qué escucha un deudor hipotecario? Ah, no me va a subir más el dividendo. Hablemos con la verdad.
La Junta Nacional y la decisión de la DC
– ¿Cómo recibe la decisión de la DC?
– Para mí, en lo personal y claramente, si mi partido dice que va a apoyar a Jara, y después tengo la convicción de que no se impulsarán las mejores políticas públicas, me lo pusieron mucho más difícil, porque tendría que irme.
– Es una decisión dolorosa para quienes han permanecido en la DC.
– Sí, sí, sí. Entonces yo, la verdad… Mira, obviamente no voy a tomar una decisión en caliente. Esto pasó recién. Qué duda cabe de que es un batatazo para mí. Tengo 32 años de militancia. No entiendo para nada la decisión. No la entiendo. Me parece que no tiene mucho sustento.
– ¿Cuál fue la lectura?
– La verdad, no veo hasta ahora argumentos sólidos de que un candidato sea mucho mejor que otro. Que uno diga: Ahí está la diferencia, ahí está el peso. No quiero hablar mucho porque todo está en caliente. Necesito meditarlo más. Y entender si, al final del día, pienso que una candidatura es más mala y es la que se está apoyando en términos de políticas públicas… me lo pusieron mucho más difícil, porque me implica tomar una decisión que toca 40 años de mi vida. Y eso no es fácil.
Por la razón, ¿o la fuerza?
–Un tema complejo será el debate de reformas en las cámaras. ¿Cómo evolucionará?
-Es complicado, y tampoco lo abordó este gobierno. Era necesario hacer un cambio en cuestiones elementales de política de acuerdos. Todos sabemos que la fragmentación le hace mal al sistema.
-¿De qué temas económicos deben hacerse cargo?
-Hay dos temas que son clave para el crecimiento del país, tanto para la centroderecha como para la centroizquierda. Tenemos que racionalizar nuestro Estado. Yo he sido burócrata toda mi vida, y esta racionalización no significa despedir a todos. Es mucha más responsabilidad en los puestos más altos, en términos de que, si algo no se cumple, ¿cuál es tu responsabilidad?
-¿Y cómo se alcanza esa racionalización?
-Es clave el manejo de recursos humanos. Y da risa, porque siempre se habla del estatuto docente, de la movilidad, de la planta fija… pero hoy día, solo el 40% de los trabajadores del sector público está en planta. El 60% restante está a contrata o a honorarios. Por lo tanto, debemos hacernos cargo de cómo vamos a gestionar mejor los recursos humanos en el Estado. Y, por desgracia, hasta ahora no he escuchado a nadie hablar en detalle sobre ese punto. Chile, sin duda, es el mejor Estado de Latinoamérica. Lo que pasa es que en los noventa era muchísimo mejor. En términos relativos, nos hemos ido quedando atrás. Los ministerios eran mucho más chicos, la Dipres tenía más poder, pero el país creció mucho, entonces las técnicas de gestión que usábamos antes ya no sirven.
-No le parece irracional el debate entre las candidatas Jara y Matthei. Discutieron sobre la necesidad de hacerse notar por medio de la fuerza…
-Dado el nivel de polarización que tenemos en el país, dado que hemos vivido el tema de esta idea que hay que tratar de hacerlo todo más institucionalmente, no me parecieron muy afortunadas las palabras de la candidata Matthei. Uno puede interpretarlo o no, sobre la importancia de que las regiones, pero no se escucha mucho así. Pero creo, claro, no quiero esa conversación para el país, creo que le hace mal.
– Ha dicho que no por ahora, pero, ¿se integraría a algún comando? Aún están reclutando…
-No, porque hoy eestoy en una situación de analizar dos posturas donde ninguna me satisface completamente en la decisión en términos de políticas públicas.