
Entender la economía puede parecer una tarea exclusiva para expertos, pero en realidad nos atraviesa a todos, todos los días y en prácticamente todas las actividades que realizamos. Cuando sube el precio del pan, cuando el sueldo rinde menos, cuando se evalúa si conviene endeudarse o ahorrar: ahí está la economía recordando su importancia vital en todas las decisiones.
Y aunque términos como IPC, PIB o inflación suenen lejanos o complicados, tienen efectos muy concretos en nuestra vida cotidiana. Por eso, aquí te explicamos —de manera simple y sin tecnicismos— qué significan realmente estas siglas y por qué conviene tenerlas en el radar, especialmente en el contexto actual de incertidumbre económica en Chile y América Latina en general.
El Índice de Precios al Consumidor (IPC), una sigla que probablemente escuchas todos los meses en las noticias, pero que pocas veces se explica de forma sencilla. El IPC mide cuánto han subido o bajado los precios de una canasta de productos que consumimos habitualmente. Esa canasta incluye desde el pan hasta la cuenta del gas, pasando por medicamentos y por supuesto el arriendo. Cuando el IPC sube, significa que en promedio todo está más caro. Por eso, entenderlo es clave para saber si el dinero está rindiendo de la misma forma todos los meses.
¿Sabemos qué implica el PIB?
Otra sigla importante es el Producto Interno Bruto (PIB) que es básicamente la suma de todo lo que produce un país en un año. Puede parecer algo lejano, pero tiene consecuencias concretas: si el PIB crece, se supone que hay más empleo, más inversión y más dinero circulando. Si se estanca o cae, como pasó en muchos países durante la pandemia, es señal de que las cosas no andan bien. En Chile, por ejemplo, el PIB ayuda a proyectar cuánto crecerá la economía y a tomar decisiones sobre el gasto fiscal o las tasas de interés aplicables en cada periodo.
Un país puede mostrar crecimiento en el PIB, pero eso no siempre se traduce en una mejora para todos. De hecho, muchas veces el crecimiento se concentra en ciertos sectores o regiones, mientras otros siguen igual o peor. Por eso se habla tanto de crecimiento con equidad. En el caso chileno, los altos niveles de desigualdad hacen que muchos no sientan los beneficios del crecimiento económico.
¿Y la inflación?
La inflación es otro concepto que a veces se usa como sinónimo del IPC, pero en realidad es un fenómeno más amplio. Mientras el IPC mide precios mes a mes, la inflación refleja una tendencia sostenida de aumento de precios en el tiempo. Cuando hay mucha inflación, los ahorros pierden valor y todo se encarece. En América Latina tenemos una relación compleja con ella: basta mirar el caso extremo de Argentina, donde la inflación ha llegado a superar 200% anual, o recordar los años 80 en Chile, cuando también se registraron cifras altísimas.
En Chile, el Banco Central es el organismo encargado de controlar la inflación, entre otras cosas. Pero ¿cómo lo hace? Subiendo o bajando la tasa de interés. Cuando sube la tasa, se encarece el crédito, lo que reduce el consumo y ayuda a frenar los precios. Suena técnico, pero tiene impacto real: si quieres pedir un crédito hipotecario o usar tu tarjeta de crédito, lo sentirás en las cuotas. Por eso al momento de tomar este tipo de decisiones es importante considerar el estado de la economía tanto en el preciso momento, como en los meses venideros.
Finalmente, entender estos conceptos es una herramienta ciudadana. No se trata de ser economistas, sino de saber leer las señales de la economía para tomar mejores decisiones: cuándo ahorrar, cuándo invertir, cuándo endeudarse. En un contexto tan cambiante como el latinoamericano, estar informado es también una forma de cuidarse.
“Como se mencionó anteriormente, estos indicadores son fundamentales para comprender la economía real. Sin embargo, también aportan un valor agregado clave si buscamos ir un paso más allá e invertir en los mercados financieros. Dado que los mercados financieros suelen anticiparse a la evolución de la economía real, seguir de cerca estos indicadores puede ser de gran utilidad para tomar decisiones de inversión más informadas, y por lo tanto, potencialmente más rentables”, comenta María Agustina Patti, estratega de Mercados Financieros de Exness.