
La Unidad de Análisis Financiero (UAF) es un organización clave en la persecución del lavado de dinero. Evitar que se utilice el sistema financiero para blanquear plata de ilícitos mediante procesos de inteligencia ocupa su agenda.
La UAF se atañe, además de su mandato legal, a las 40 recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), y las directrices del Grupo Egmont de Unidades de Inteligencia Financiera.
Por ello su rol es clave en medio de la lucha contra el crimen organizado y hoy se debate que la institución cuente con mayores facultades.
El objetivo del gobierno es que. por medio del Proyecto de Ley que crea el Subsistema de Inteligencia Económica, la UAF sea una de las organizaciones beneficiarias ante la ampliación del secreto bancario.
En conversación con EL DÍNAMO, el director de la UAF, Carlos Pavez analizó la propuesta y los desafíos que representa para la organización el desarrollo del crimen organizado.
– ¿Cuáles son las brechas que tiene Chile para evitar el lavado de dinero?
– Una está asociada al combate frente a la presencia de mayor tecnología y al desarrollo de los mercados financieros, donde los criptoactivos son un tema relevante. Es un tema que facilita la interconexión por la rapidez de las operaciones, lo que hace más difícil estar detrás de eso.
– También se ha tocado bastante el tema de la propiedad de las sociedades anónimas.
– Tenemos una debilidad más propia de Chile, que son las deficiencias para conocer quiénes son las personas que están detrás de una persona jurídica o de una empresa. Se ha mencionado mucho en el último tiempo un registro de beneficiarios finales, donde puedas conocer quién es verdaderamente el controlador o el principal accionista o socio de una empresa o grupo de empresas. Hoy representa una debilidad importante y abre algunas amenazas y riesgos.
– ¿Qué desafíos representa el crimen organizado?
-Es un problema complejo desde el minuto en que ya no solo hablamos de un tipo específico de delitos, como el narcotráfico o el contrabando, sino que es el conjunto de actividades ilícitas que forman parte del desarrollo de organizaciones. Por lo tanto, generan una cantidad de recursos, redes de personas y operaciones que hacen más difícil poder detectar y llegar al objetivo final, que es impedir que las organizaciones criminales usen esos recursos.
– ¿Qué rol le cabe al sector privado para prevenir el lavado?
– Distinguiría dos grupos. Aquellos que forman parte de organizaciones o que facilitan acciones para hacer posible el lavado. Una primera mirada muy importante que permite entender la importancia de estos sistemas es que una buena forma de desarticular esos crímenes es perseguir el dinero.
Pero, además, tienen un rol muy importante aquellos que tienen el carácter de sujetos obligados y que colaboran para entregar información útil y oportuna, con el fin de hacer el trabajo de persecución de esos flujos ilícitos.
– En el Congreso comentaron que se entregaron más de 17 mil reportes de operaciones sospechosas el último año. ¿Es una cifra en aumento?
– Desde que surgió la organización, el número ha venido creciendo. El 2023 recibimos del orden de 14 mil, y el año pasado más de 17 mil reportes, y eso tiene una doble explicación. Por una parte, hay más sujetos obligados, pero también han mejorado los procesos de detección. Sin perjuicio de que, en el detalle, las instituciones financieras y, particularmente, los bancos son quienes explican los reportes de operaciones sospechosas.
– Es decir, ¿que el lavado de dinero tiene mucha presencia en el sector formal?
– Es que no hay que sorprenderse por eso, porque, con el fin de dar la apariencia de licitud y terminar un proceso de lavado, las platas se integran al sistema financiero y se hacen parecer como platas lícitas. Y terminan en el sistema financiero formal porque los bancos son el principal actor de ese ecosistema.
Ampliar el secreto bancario: no es una pesca milagrosa
– ¿Qué facultades puede sumar la UAF para un mejor combate del lavado?
– Una es el uso intensivo de tecnología, de software o mecanismos de tratamiento de datos, donde la ingeniería e inteligencia artificial son clave. Hablamos de 17 mil reportes en un sistema bancario que tiene miles de operaciones diarias que se verifican. Y para detectarlas y que una unidad de inteligencia pueda generar reportes útiles para el Ministerio Público, se requiere tecnología, modelos y capacidades instaladas.
– ¿Qué rol tiene el trabajo coordinado entre instituciones?
– Dentro de nuestras funciones, coordinamos el sistema nacional, donde antes había 15 instituciones públicas, pero hoy somos casi 30 las que estamos trabajando permanentemente en el intercambio de información, incorporando mejoras a nuestros sistemas de alerta y análisis, con el fin de ser más efectivos.
– ¿Y tener más facultades, qué tan importante es?
– Destacaría que hay que contar con facultades suficientes para poder desarrollar este trabajo. Dentro de la UAF, contar con todas las facultades para acceder a toda la información relevante, actuar oportunamente y procesar esa información. Y en ese ámbito, el tema de poder alzar el secreto bancario administrativamente es algo en que hemos insistido, porque es una herramienta relevante.
–¿Por qué les parece relevante tener más facultades para alzar el secreto bancario?
-Aquí estamos hablando de desarticular la economía y las finanzas de las organizaciones criminales. De seguir la ruta del dinero, y obviamente esa ruta, en su etapa final, pasa por el sistema financiero formal, que son principalmente los bancos. No quiere decir que los bancos sean vulnerados, sino que son quienes cuentan con la información necesaria para construir o analizar una operación y sacar conclusiones. Si tú no sabes de dónde venía la plata y hacia dónde se fue, es muy difícil definir si hay o no elementos que te llamen la atención y que generen algún análisis más profundo.
–¿Ampliar el secreto bancario mejoraría el combate contra el lavado de dinero?
-Hay que ser justos y reconocer que hay diversos modelos. Pero si se compara solo este aspecto, es tan importante contar con esta facultad que, a nivel regional, en Latinoamérica, somos el único país que no tiene esa facultad. Incluso, si miramos la OCDE, somos el único país que tiene limitaciones absolutas de acceso, que no tiene ninguna posibilidad. En general, la regla ha demostrado que es una regla para ser más efectivos en estas labores. (…) Cuando estamos hablando de operaciones financieras, contar con esa información base de quiénes están participando en esas operaciones es algo fundamental.
–¿El desarrollo del lavado de dinero lo hace indispensable?
Siempre, y en el último tiempo con mucha nitidez, se ha señalado que es importante contar con esta facultad. Tiene que ver con un tema de oportunidad, de fenómeno. Se nos ha dicho que tenemos la facultad con autorización judicial, pero hemos dicho que tiene que ver con montos, magnitud, y pensando ya en crimen organizado como parte del mandato. Y hablando necesariamente de una carga de trabajo mayor, de una necesidad de procesar mucha más información y con una participación más masiva de personas y empresas en el esquema de lavado.
¿El sistema facilita el lavado?
Siempre hacemos la aclaración de que no estamos en contra de las facilidades que se han abierto para fomentar el emprendimiento y la generación de actividad económica, pero, dado que existen esas posibilidades, debemos contar con las herramientas idóneas para hacernos cargo de ese fenómeno. Hoy, con el sistema de empresa en un día, se pueden generar una cantidad de sociedades que representan un desafío muy importante para analizarlas.
-¿En el fondo sería actuar de oficio para levantar el secreto bancario ante operaciones sospechosas?
-La materia prima que tenemos como UAF es un reporte de operaciones sospechosas. Ese reporte no es una denuncia ni el resultado de un proceso de investigación. El sujeto obligado solo te dice esto es inusual. Luego se requiere un análisis para saber si hay un ilícito. Y después de eso hay que analizar de dónde viene el dinero y hacia dónde va. Entonces, para poder ser oportuno y completar un análisis, es clave tener la información del sistema bancario y el flujo de esa operación financiera.
– ¿Hoy no pueden hacerlo?
– Tenemos que ser muy selectivos. Los ministros de las cortes de Apelaciones nunca nos han negado el acceso, pero detrás de eso hay un trabajo de construir antecedentes, entregarlos y justificarlo. Y en eso uno pierde oportunidad, y tampoco puedes recargar a los tribunales. En un escenario futuro, donde vamos a tener un mandato más amplio, con más operaciones que analizar e incentivar que se reporte más, eso claramente no se puede hacer si no es con un sistema que te permita directamente pedir la información, con todos los resguardos, que los tenemos.
– Se ha tratado de instalar la premisa de que esto atenta contra la privacidad, que es una especie de “pesca milagrosa”…
– La respuesta es categórica: es para hacer inteligencia y no para andar hurgando ni hacer pesca milagrosa. Por ejemplo, si yo le quiero pedir información a mi par de Estados Unidos, Países Bajos o Francia para un proceso de inteligencia, tengo que mostrar los elementos de base para ello. Y nosotros también, si vemos que una consulta no está bien fundada, negamos la información. Tenemos el respaldo de que hasta ahora nunca ha habido una filtración de la información, no solo relacionada con el secreto bancario, sino con mucha información que manejamos.