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 Cómo evitar el sobreendeudamiento y ordenar las finanzas personales de cara al 2026

El sobreendeudamiento sigue siendo uno de los principales riesgos financieros en Chile, especialmente tras el aumento del uso de tarjetas y créditos a fin de año.

Expertos recomiendan planificar las finanzas personales y usar el crédito de forma responsable para evitar problemas financieros durante 2026. Freepik.

El cierre de año suele venir acompañado de gastos extraordinarios, compras impulsivas y una alta exposición a ofertas de crédito. Este escenario no es menor si se considera que, según datos de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), cerca del 16,5% de las personas endeudadas en Chile destina más del 50% de sus ingresos mensuales al pago de deudas, una situación considerada de alta carga financiera y que afecta a casi un millón de personas en el país.

Para Gonzalo Escobar, académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Andrés Bello (UNAB), este contexto explica por qué muchas personas comienzan el año siguiente con niveles de endeudamiento difíciles de manejar. “El principal problema es que nunca tenemos un presupuesto.  No es necesario llevarlo al detalle, pero sí tener claridad de cuáles son los ingresos y gastos mensuales, y proyectarlos en el tiempo”, señala.

A la falta de planificación se suma la facilidad para acceder a distintos tipos de crédito y el desconocimiento sobre sus costos reales. “Estamos bombardeados por ofertas y es muy fácil pedir créditos en bancos o casas comerciales. Esa facilidad es una ventaja, pero también un riesgo, porque puede llevar rápidamente al sobreendeudamiento”, advierte Escobar. De hecho, la CMF indica que la deuda promedio representativa de las personas bordea los 1,9 millones de pesos, con un nivel de endeudamiento equivalente a más de dos veces su ingreso mensual.

Señales de alerta y deudas que sí —y no— conviene asumir

Uno de los indicadores más claros de alerta es el porcentaje del ingreso destinado al pago de compromisos financieros. “No deberías destinar más del 25% de tus ingresos al pago de deudas. Cuando se supera ese nivel, la situación ya es preocupante”, explica el académico.

Esta recomendación cobra especial relevancia considerando que, si bien la carga financiera promedio se mantiene en torno al 13% del ingreso mensual, existe un grupo significativo de personas que destina más de la mitad de su sueldo a pagar créditos, quedando altamente expuestas ante cualquier imprevisto económico.

Escobar también recalca la importancia de distinguir entre deuda buena y deuda mala. Endeudarse para bienes duraderos, como una vivienda o un auto, es distinto a hacerlo para cubrir gastos de corto plazo. “Si una persona se está endeudando para pagar alimentos o gastos básicos, eso es una señal grave”, sostiene.

Ordenarse para partir bien el año

De cara a 2026, la recomendación es partir por un diagnóstico financiero: revisar todas las deudas vigentes, identificar su tipo y proyectar los ingresos del año. Luego, evaluar si es conveniente consolidarlas, comparando siempre el CAE. “El CAE permite comparar correctamente los créditos, porque incluye tasas de interés, seguros y costos asociados. Fijarse solo en el valor de la cuota puede llevar a decisiones equivocadas”, afirma Escobar.

A nivel general, la deuda de los hogares en Chile representa cerca del 45% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que refleja la alta dependencia del crédito en la economía familiar. Por lo mismo, el experto llama a anticipar los meses más complejos del año —vacaciones, gastos escolares, permisos e impuestos— y a usar el crédito con cautela, privilegiando siempre las alternativas menos costosas.

Tipos de crédito: ¿en qué se diferencian?

Crédito de consumo: suele ser la alternativa menos costosa. Tiene tasas más bajas y mejores condiciones de prepago.

Tarjeta de crédito: más flexible, pero generalmente más cara que un crédito de consumo. Conviene usarla en cuotas acotadas.

Avance en tarjeta: tiene un costo elevado y condiciones menos favorables. Debe evitarse salvo en situaciones excepcionales.

Superavance: es la opción más cara del mercado, con altas tasas de interés y mayor rigidez. Es la alternativa menos recomendable.

Adoptar hábitos financieros responsables, informarse y planificar con anticipación puede marcar la diferencia entre un año financieramente ordenado y uno marcado por el sobreendeudamiento.

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