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20 de Junio de 2017

Rol de las universidades en la regionalización de Chile

"Es necesario hacer un llamado en términos de que la innovación vaya en la línea de la innovación social, debido a que la red social de nuestro país está prácticamente destruida producto de la concentración económica y el centralismo".

Por Antonio Horvath Kiss
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Antonio Horvath Kiss es Senador de la República por Aysén

En el marco de la tramitación del proyecto de ley de Educación Superior ingresado por el Gobierno al Parlamento, el martes 13 de junio se realizó el seminario “Reforma de la Educación Superior, Universidades Regionales y Descentralización”, organizado por la Agrupación de Universidades Regionales (AUR) y la Cámara de Diputados, y en el que se reflexionó sobre el rol de las universidades regionales en el desarrollo del país.

Una muestra de la importancia que tiene este tipo de análisis, fue que en representación de la Presidenta de la República asistió la ministra de Educación Adriana Delpiano, quien junto a las más altas autoridades representativas de las 22 casas de estudios regionales, escuchó las ponencias que dieron forma al evento que tuvo lugar en la Biblioteca del Congreso Nacional, en Valparaíso.

Tal como se planteó durante toda la discusión, para las universidades regionales la propuesta descentralizadora tendrá directo impacto en su quehacer, ya que implicará una transformación y estructuración político-administrativa del país.

Un aspecto a considerar, respecto al rol que le cabe a la Universidad como institución señera del desarrollo –en particular, a las universidades regionales–, es atender a deficiencias que se producen sin su concurso. Un ejemplo de lo anterior es el uso de los fondos públicos en todas las áreas, ministerios, municipios, a nivel nacional y regional; en especial, en los dos últimos gobiernos. Un dato conocido señala que casi el 40 por ciento de las obras tiene defectos de diseño o ejecución, como un gimnasio donde era imposible ver la cancha desde las tribunas.

Cuando se apela a la falta de financiamiento, tal vez habría que cuestionarse respecto a la incapacidad para utilizar de manera acertada los fondos públicos a través de ese empoderamiento del Estado –que ha pasado a minimizarse mediante una función totalmente tercerizada. En este sentido, las universidades regionales tienen mucho que decir y aportar.

Respecto a otro tema en boga, como es el Acuerdo de París –marcado en nuestro país por el propio ministerio de Hacienda y la DIPRES– es posible sostener que los compromisos que Chile adoptó en esa cumbre tan importante, son muy bajos: forestar 100 mil hectáreas con especies nativas, bajar los gases de efecto invernadero, siempre y cuando el crecimiento económico aumente, y en ERNC –donde mejor estuvo– se refiere a la capacidad que tenemos mediante el Desierto de Atacama, entre otros, de entregar energía limpia a América del Sur; con ello podemos hacer un aporte significativo en materia de cambio climático, asunto en la que a las universidades regionales les cabe un rol insustituible.

Como lo ha señalado el presidente de la AUR, con el 40 por ciento de los fondos éstas instituciones de educación superior producen cerca del 50 por ciento de investigación e innovación reconocidas a nivel local e internacional.

Es necesario hacer un llamado en términos de que la innovación vaya en la línea de la innovación social, debido a que la red social de nuestro país está prácticamente destruida producto de la concentración económica y el centralismo, que han llevado a un modelo individualista y atomizador, que ha desmembrado las redes sociales, lo que hace muy difícil tener un caldo de cultivo propicio, toda vez que se requiere un ambiente colaborativo para la innovación.

Ha llegado el momento para que las universidades asuman su rol de generar opinión pública regional que impida que parlamentarios regionales abandonen su deber de representar como corresponde a las regiones.
La descentralización y el proceso regionalizador requieren la fe del carbonero, a un Daniel puesto en el foso de los leones; es decir, que no claudique en el momento clave. Las universidades regionales están llamadas a alentar este proceso.

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