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28 de Febrero de 2018

El déficit atencional afecta a un 10% de los escolares en Chile

Expertos sostienen que una vez que los padres, profesores o pediatras han detectado alguna de estas alteraciones, es fundamental realizar un tratamiento multimodal

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El déficit atencional es la condición neuropsiquiátrica más frecuente de la infancia. De hecho, se estima que en Chile afecta a un 10% de los niños, con una prevalencia mayor entre los varones. De acuerdo a lo señalado por la neuróloga infantil de Clínica Vespucio, Dra. Paola León, “este trastorno implica diversas alteraciones funcionales del sistema nervioso central, sobre todo en el control de impulsos y en las funciones ejecutivas”.

Se trata de un problema que tiene solución mientras se detecte a tiempo y sea sometido a un tratamiento multidisciplinario. La especialista asegura que para el diagnóstico de esta condición, se deben tener en cuenta los siguientes factores:

  1. Manifestación temprana antes de los 7 años.
  2. Intensidad y frecuencia de los síntomas superior a lo normal para la edad y etapa de desarrollo del niño.
  3. Deterioro o interferencia de forma significativa en el rendimiento en dos o más ámbitos de su vida: escolar, familiar y social.
  4. Que no sea causado por otro problema médico: efectos farmacológicos u otros trastornos psiquiátricos.

Síntomas más comunes

A los niños que manifiestan signos de déficit atencional les cuesta seguir instrucciones y tienen dificultad para concentrarse, por lo que pueden desarrollar retrasos del aprendizaje y trastornos conductuales, si no son tratados adecuadamente. Los síntomas más comunes son:

  • Desatención
  • Impulsividad
  • Hiperactividad

“Según el síntoma que predomine, existen tres subtipos de déficit atencional: combinado, hiperactivo y desatento” añade la especialista. Los dos primeros son más comunes entre los hombres, mientras que el último se da con mayor frecuencia en las mujeres.

Tratamiento

La neuróloga infantil sostiene que una vez que los padres, profesores o pediatras han detectado alguna de estas alteraciones, es fundamental realizar un tratamiento multimodal. “Esto consiste en un manejo conductual-ambiental, con actividades como cambiar de puesto al niño, asignar un compañero que lo ayude, entregar oportunidades, evitar estigmatizarlo, permitir que pueda movilizarse, entre otras medidas” afirma la neuróloga infantil. Los profesores deben tratar de canalizar la energía del niño de forma positiva dentro de la sala de clase.

En el caso de los niños desatentos, hay que sentarlos cerca del profesor, priorizando actividades más cortas y apoyarlo con un compañero guía que lo estimule a terminar sus actividades. “Lo más importante es mantener el refuerzo positivo”, especifica la doctora. Si es que el menor además presenta trastornos de aprendizajes u otros problemas, se puede apoyar con psicopedagogas o educadora diferencial dentro de la sala.

También es fundamental el manejo familiar, donde se deben seguir normas para ayudar al paciente que incluyen hábitos de estudio, evitar bebidas cola y glucosa, preferir alimentos ricos en vitamina B y apagar los aparatos electrónicos al menos dos horas antes de dormir.

Si con estas medidas escolares y familiares no se logran mejorar los síntomas del menor, se implementa una terapia farmacológica, la cual actualmente se utiliza en dosis menores que en años atrás pero debe estar siempre supervisada por un neurólogo. “Los fármacos sirven como un salvavidas que permite que las otras intervenciones comiencen a hacer efecto y nos lleven al manejo de este trastorno a largo plazo”.

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