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19 de Junio de 2018

Escuela Ambrosio Concha de Yerbas Buenas: de la vulnerabilidad a la excelencia académica

En la medición de 2017 el establecimiento subió más de 40 puntos, logrando uno de los mejores resultados de la Región del Maule y superando el promedio nacional.

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La historia de la Escuela Ambrosio Concha, en la localidad de Yerbas Buenas, en la Provincia de Linares, se remonta a la década de los 50’, cuando el político radical y empresario agrícola Luis Ambrosio Concha y su esposa, Ana Garcés, optaron por crear una escuela para los hijos de los trabajadores de su fundo.

Pero no sólo eso, pues Ana Garcés se convirtió en la primera profesora de la escuela, teniendo un importante objetivo en mente: enseñarles a los niños a leer y escribir. Luego, ya en 1991, la escuela pasó a ser municipal, albergando hoy a aproximadamente a 200 alumnos, repartidos entre pre-kínder a octavo año básico.

Sin embargo, y más allá de su historia, esta escuela se adjudica importantes logros académicos, pese a que el establecimiento se caracteriza por tener un 100% de vulnerabilidad. Dentro de estos, se destaca el incremento constante de sus puntajes SIMCE, los cuales en la última evaluación registraron un salto aún mayor, posicionándolos como uno de los establecimientos con mejores resultados a nivel regional y como un referente de superación.

Es que los resultados del SIMCE 2017, entregados en mayo por la Agencia de Calidad de la Educación, reflejaron que los 21 alumnos de cuarto básico obtuvieron en promedio 322 puntos en Lenguaje y Comunicación y 330 puntos en Matemática, sobrepasando la media nacional que fue de 269 y 261 puntos respectivamente.

Y no sólo eso, pues con dichos resultados la escuela superó el promedio alcanzado por los establecimientos de similar Grupo Socio Económico en ambas materias. Esto, ya que en Lenguaje y Comunicación obtuvieron 72 puntos más y 92 más en Matemáticas.

El gran salto

Los alumnos de la Escuela Ambrosio Concha son hijos de temporeros agrícolas, y por lo mismo, trabajan sólo durante algunos períodos del año. Además, muchos viven en zonas rurales tan alejadas que deben caminar cerca de una hora para llegar a la escuela.

No obstante, nada de esto fue impedimento para que los niños fuesen superándose poco a poco. De hecho, cada año se iba subiendo en cuanto al puntaje SIMCE, entre 6 a 7 puntos, pero fue en 2017 cuando dieron el gran salto, tras obtener 44 puntos más en Lenguaje y Comunicación  y 60 más en Matemática, con respecto a 2016.

Pero estos logros no son fruto del azar, sino de un intenso trabajo que mezcla la labor de profesores, del equipo directivo de la escuela, apoderados, alumnos y también de Fundación CMPC, entidad que desde 2002 trabaja codo a codo con los profesores y la dirección docente en cuanto a la aplicación de metodologías de educación eficientes.

Dentro de este contexto, los profesores participan cada año de un taller inductivo antes del inicio de las clases, e igualmente cuentan con visitas en el aula por parte de los profesionales de la fundación, para así obtener luego retroalimentación acerca del desarrollo de éstas.

“Estamos trabajando con los niños de pre-kínder a octavo básico en Matemática y Lenguaje, pero además convenciéndolos de lo que ellos son capaces de lograr, contribuyendo a mejorar su autoestima, y también para que los apoderados valoren este esfuerzo”, señaló Alba Vielma, directora de la Escuela Ambrosio Concha.

Y es que esto último ha sido fundamental, según relató a El Dínamo su directora, y no sólo a la hora de alcanzar logros académicos, sino también deportivos. Es que este enfoque integral de la escuela ha sabido sacar lo mejor de sus alumnos, tanto así que aparte de los resultados SIMCE, este año recibieron la calificación de excelencia académica en un 100% y la certificación medioambiental.

“Queremos que nuestros alumnos desarrollen sus potencialidades para que sean autónomos, que quieran su entorno, que sean agradecidos, con altos valores y responsabilidades ante sus pares, ante sus profesores, ante ellos mismos, queremos niños creativos y participativos”, destacó Vielma.

Y gracias a ese trabajo, entre toda la comunidad estudiantil y Fundación CMPC, todo esto se está logrando. “Hoy han cumplido su sueño de ser una escuela efectiva, entendiendo que los niños más vulnerables merecen la mejor educación”, señaló Carolina Andueza, gerente de Fundación CMPC.

Alumnos del actual quinto año básico, quienes en 2017 (en cuarto básico) rindieron el SIMCE y alcanzaron un promedio de 322 puntos en Lenguaje y Comunicación y 330 puntos en Matemática.

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