El conflicto entre las dos amigas se inició en medio de la fiesta del pasado viernes, donde la bailarina terminó exigiendo la salida de la mujer oriunda de Chiloé. “O se va ella, o me voy yo… No me importa nada“, dijo, completamente afectada en el confesionario.
Pero la joven de 26 años también presentó su renuncia, asegurando que estaba cansada y que ya no aguantaba más en el encierro, dejando a una Ignacia Michelson completamente devastada, exigiéndole que reconsiderara su decisión.
Tras revisar las imágenes de lo ocurrido durante el fin de semana en la casa estudio, los animadores de Gran Hermano conversaron con Cony Capelli sobre lo vivido y si ratificaba su decisión de abandonar la competencia.
En ese momento, reflexionó sosteniendo que “quizás ahora, no digo que las cosas no se vayan a recomponer, sentí que es un buen momento para mí de independizarme y crecer yo sola y no siempre estar aferrada a algo”.
“Sentí que es una nueva oportunidad… No para ya, ahora juego sola. Yo soy puro corazón, yo soy pésima jugando, yo siento no más… Yo soy así, yo siento, me gusta sentir. Y siento que en este momento es un buen proceso para poder estar más conmigo misma, más solita, y no olvidarme de los objetivos personales en el juego”, indicó.
Por último, Cony Capelli aseguró que “me voy a quedar en la casa” de Gran Hermano.
Con un financiamiento de $2.600 millones otorgado por CORFO, el programa impulsará soluciones innovadoras orientadas a mejorar la experiencia de los pacientes, hacer más eficiente la gestión clínica y potenciar el trabajo del personal sanitario, en alianza con instituciones nacionales e internacionales.
Tras la cena de desagravio, se especuló con un regreso a la política de Longueira integrando un eventual gabinete de Kast o peleando la dirección de la UDI, partido al que renunció en 2021. Sin embargo, el camino del ex ministro parece estar lejos de ambas opciones.
El abogado de Karol Cariola, Juan Carlos Manríquez, valoró que "la senadora electa ha cumplido con entregar todas las respuestas que se le han pedido".
El extraño caso de Cristian Castro es, finalmente, el de un artista que perdió el centro, vagó por los bordes y regresó sin pedir permiso. No volvió a través de un hit nuevo ni de una estrategia de marketing: lo hizo mediante algo más simple y más raro -una autenticidad torpe, luminosa e irresistible, respaldada por una carrera que, vista desde hoy, nunca dejó de importar.