Jennifer Galvarini, conocida popularmente como Pincoya, vivió difíciles momentos en la edición de este miércoles de Gran Hermano.
Todo comenzó en una subasta, donde la mujer oriunda de Chiloé abandonó la dinámica acusando que su botonera no funcionaba. Ocurrió cuando se ofreció poder recibir la visita de un ser querido en la casa, el cual fue reclamado por Scarlette.
Sin embargo, varios decidieron no participar para darle la opción a Galvarini, entre ellos Cony. Sin embargo, el actuar de Eskarcita, quien recientemente había obtenido la posibilidad de hablar con un ser querido, fue reprochado.
Eso, sumado a que su botonera, según ella, no funcionaba, provocó el minuto de furia de Pincoya en Gran Hermano y abandonó la actividad. “No, no juego. No porque la hueá (sic) la apreté y no funcionó. La giré y no funcionó la hueá (sic)“, manifestó.
Posteriormente, “el ojo que todo lo ve” le pidió que probara su botón, el cual no tuvo problemas. Aún así, la participante no quiso continuar con la dinámica.
La declaración de guerra
En otro momento, Pincoya se dirigió al confesionario para pedir el sauna, pero Gran Hermano no accedió de inmediato, provocando su molestia.
Ahí, aprovechó la oportunidad de acusarlo de maltrato y que agradeciera que no lo dijera en vivo, solo porque lo podía ver su hijo. “¿Es una amenaza Jennifer?“, le preguntó la voz en off.
“No, pero estamos en guerra porque estoy enojada contigo. No me voy a hacer la loca, si me molesta algo lo voy a manifestar porque no soy una persona arrastrada“, dijo Pincoya.
De todas maneras, Gran Hermano le indicó que puede enojarse y que no la convencerá de lo contrario, pero le insistió en que debe respetar reglas como el no susurrar y no sacarse el micrófono, situaciones que se han repetido últimamente.
Aún así, el dueño de casa le preguntó a la mujer por qué seguía en el reality si sentía que la estaba perjudicando, a lo que ella respondió: “Porque te voy a dar la pelea hasta el final, porque tus preferidos no van a ganar“, lanzó.
“Nosotros podemos hacer un calendario de declaraciones desafortunadas del señor Presidente de la República en materia de relaciones internacionales desde el día uno de su mandato", precisó Kaiser.
Felipe Bianchi nos cuenta que siendo chico podías ir solo al estadio. Sentarte en cualquier parte -fueras del equipo que fueras- y después volverte caminando aunque cayera la noche. ¿La seguridad? No era tema. Ibas rodeado de todo tipo de gente que hacía lo mismo que tú: analizar el partido (y de paso la vida), aprenderse los nombres de las calles y conocer cada recoveco de la ciudad, tu ciudad.