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Mario Planet:  “Las canciones de Upa! no eran banales, eran un grito del alma”

El guitarrista, compositor y cofundador del grupo presenta el libro “Upa! quiere decir…”, un relato íntimo y colectivo sobre la banda. Con la colaboración del periodista Ítalo Franzani y la participación de Sebastián Piga y Hernán Rojas, Planet reconstruye sus memorias de urgencia política y mitos injustos.

El rock latino cumple 40 años y Upa! fue parte de su primer estallido allá por 1984 junto a bandas como Los Prisioneros, Soda Stereo y Virus. Es por eso que, con la distancia que le da haberse radicado en Paris desde 1991, su fundador Mario Planet decide publicar una memoria muy personal y, a la vez, un testimonio generacional.

Upa! quiere decir, editado por Santiago–Ander en su colección de Atril, fue trabajada durante seis años y contó con la producción del periodista Ítalo Franzani. No se trata de una biografía oficial, sino de una reconstrucción coral: Planet integra también las voces de Sebastián Piga, saxofonista y amigo desde los quince años, y Hernán Rojas, productor e ingeniero de sonido de los discos más destacados de la banda que popularizó temas como Sueldos, La bamba, Cuando vuelvas y Ella llora.

“La distancia en el tiempo y en el espacio me dan una nueva mirada sobre lo que hicimos con Upa! y se lo quise contar a mi hijo…”, escribe Planet en la introducción. El Dínamo se conectó vía zoom con el guitarrista y compositor para saber más de la publicación.

Upa! quiere decir… llegará a la Feria Primavera del Libro, del 3 al 5 de octubre Parque Estadio Nacional. Su lanzamiento oficial será el Jueves 6 de noviembre en Citylab del Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM).

— ¿Cuándo y cómo nace la motivación por escribir este libro?

—El libro empezó hace seis años como un gesto hacia mi hijo Joaquín, que hoy tiene 17. Pensé: “Quiero que sepa qué hicimos, qué significó Upa!”. Al principio iba a ser algo íntimo, pero revisando las letras me di cuenta de que no eran banales, eran un grito del alma. Había ahí un peso literario, incluso en las canciones de amor. Hasta tenían un filo erótico que nunca había visto en otros grupos chilenos.

—Inicias la escritura hace 6 años, justo cuando en Chile se vivió un estallido social. ¿Alguna relación?

—Ahora que lo dices, mientras escribía, sentí la misma atmósfera de lucha de los años 80. Yo viví los ensayos en toque de queda, los cacerolazos, la sensación de una ciudad ocupada. El estallido me ayudó a entender mejor Chile y también a mí mismo en la distancia.

¿Por qué quedar mal con alguien?

A lo largo de las páginas de Upa! quiere decir…, Mario Planet irá perfilando una dimensión política de la banda, revelando hechos desconocidos de la vida del grupo y de él mismo, como por ejemplo, sus inicios en la canción de protesta y su temprana militancia en las Juventudes Comunistas.

¿En algún momento te sentiste en peligro por tu ideario?

—Sí, hubo momentos en que sí.

—¿Comentabas que eras parte de la Jota?

—Sabes que no, no. Era muy importante ser económico, claro, preciso: no se podía perder tiempo. No podía transformar eso en una conversación porque era muy importante. Entonces nunca lo comenté públicamente, pero lo viví.

—¿Y cómo se conectaba esa militancia con los ensayos de la banda en plena dictadura?

—Me acuerdo de los cacerolazos del 82, 83, cuando el gobierno sacaba tanquetas a la calle. Nosotros ensayábamos en la casa de Sebastián y sentíamos que era ahora o nunca: había que apurarse, hacer más canciones, tocar más. Siempre con esa sensación de vivir en una ciudad ocupada.

—Como banda solía vérseles en canales de TV ¿Enfrentaron censura?

—Sí, por supuesto. Incluso, incluso autocensura.

—Hablemos de los dos casos.

—Más de alguna vez, escribí algunas cosas y escuchamos consejos. Muchas veces optamos por comunicar de otra manera.

Mario Planet, con los mismo lentes pero ya sin la cabellera desordenada de los 80, se detiene para explicar mejor:

—Estuve pensando mucho en una canción de Los Prisioneros, Nunca quedas mal con nadie. Y de repente me dije: ¿y por qué tengo que quedar mal con la gente? ¿Por qué no puedo tratar de desvelar una realidad comunicando de otra manera? Entonces ahí la censura se acabó por opción. Porque finalmente, por mi propio camino literario y con mis camaradas, decidimos que la contingencia que te puede llevar a la censura no era lo central. Lo importante era entregar un mensaje que pudiera ser escuchado, reflexionado y que aportara valores

—Escribes en el libro que tu tema Sueldos es como El capital de Marx resumido en tres minutos.

—Sí. Esa canción habla de lo cotidiano: cómo te manejan con un sueldo. No es izquierda o derecha, es la realidad diaria. Por eso pudo sonar en televisión abierta. La gente podía escucharla y conectar con su propia vida. Era una forma de criticar sin ser directos.

—¿Y con Los Prisioneros había relación?

—Sí, sí, había. Con Narea más que con Jorge, claro. Con Jorge conversé también un par de veces. Pero no eran muy sociables, digamos.

—¿A qué te refieres con no sociables?

—Eran muy de ellos, muy entre ellos. No compartían tanto con otras bandas. Nosotros éramos más abiertos, nos relacionábamos con Electrodomésticos, con Aparato Raro, con Fulano. En cambio ellos no, estaban en su mundo.

Aunque la crítica los comparaba, Planet distingue los caminos: “Ellos atacaban los problemas desde un ángulo y nosotros desde otro. Compartíamos valores, pero el enfoque era distinto”.  

Los mitos y las pifias

Uno de los episodios más recordados en la historia de la banda es la pifia que recibieron en el Festival de Viña del Mar en 1987.  Planet explica en el libro que hubo una serie de mitos malintencionados en torno al nombre Upa! —como que eran las iniciales de Augusto Pinochet Ugarte al revés, o que Pablo Ugarte era sobrino del dictador— y que eso alimentó el rechazo del público. “Ese cúmulo de situaciones y malentendidos produjo la pifiadera de la gente. Todas esas cosas eran muy violentas, eran un golpe que afectó a la banda y a mí también, fue un verdadero trauma.

Upa! formación original: Pablo Ugarte, Mario Planet,
Sebastián Piga y Octavio Bascuñán.

—Con el paso de los años, ¿cómo ve ese momento?

—Fue un error profesional profundo (ríe), pero nos cambió la existencia. Fuimos por curiosidad, a ver qué pasaba. No ganamos nada, claro, pero nos transformó en otro grupo. Hoy lo vemos con humor.

Radicado en París por amor desde 1991, Planet hoy lidera Utopía, un proyecto musical inclusivo con 15 músicos refugiados de países como Eritrea, Afganistán, Sudán e Irán. “Es un desafío enorme, pero también una aventura musical y humana impresionante”, explica.

El libro también muestra los afectos y tensiones con los ex integrantes. Con Sebastián Piga mantiene una amistad de décadas; con Hernán Rojas, una colaboración clave; y con Pablo Ugarte, más distancia: “Es un gran compositor, pero él tiene su propio presente con Upa+ y yo decidí contar esta historia desde mi mirada”, dice sobre la agrupación de Ugarte que los tuvo enfrascados en un litigio por el uso del nombre.

El misterio -y la autoría- acerca nombre del grupo es la mayor incógnita que Upa! quiere decir… viene a resolver 40 años después. En sus páginas, Planet explica a partir de sus juveniles gustos musicales por qué se usaron solo tres letras… “Y un signo de exclamación. No te olvides del signo de exclamación”, apunta con un dejo de suspenso y una sonrisa que invita a leer.

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