Fotografía: Erick Araya.
La oficina que ocupa la directora de Teatro Municipal de Santiago, Carmen Gloria Larenas, conserva parte de la memoria del principal escenario nacional. Un robusto escritorio de madera —el mismo que utilizaron Andrés Rodríguez y Frédéric Chambert— domina el espacio, junto a programas de conciertos y un afiche autografiado del célebre chelista Yo-Yo Ma. Desde allí, observa con satisfacción la respuesta del público a la nueva temporada.
“La renovación y venta de abonos ha ido incluso por sobre nuestras expectativas”, comenta. Un interés que, explica, responde a una estrategia clara: ampliar y diversificar el público del Municipal a través de una programación equilibrada.
“¿Diversa en qué sentido? En que haya obras de fácil aproximación, muy conocidas, como La Bohème o El lago de los cisnes, pero también títulos pensados para quienes buscan ir un poco más allá, como las óperas Andrea Chénier, Romeo y Julieta o Elektra. A eso se suma el ballet Orgullo y Prejuicio, un estreno mundial en danza, y el Programa de Grandes Coreógrafos, con cinco creadores contemporáneos y lenguajes muy distintos. Es una mezcla que busca responder a las necesidades del público”, señala.
Desafíos artísticos y formación de audiencias
La combinación entre obras “populares” y propuestas más contemporáneas no solo apunta a públicos con distintos niveles de familiaridad con las artes escénicas, sino también a los requerimientos de los elencos estables del teatro: el Ballet de Santiago, la Orquesta Filarmónica y el Coro Municipal.
“Los artistas necesitan desafíos distintos. Obras como El lago de los cisnes son fundamentales para mantener un alto nivel técnico, porque son extremadamente exigentes, pero también es necesario incorporar nuevas obras, con otros personajes y desafíos interpretativos, tanto en la ópera como en los conciertos y el ballet”, explica Larenas.
La llegada de nuevos públicos, menos habituados a los protocolos de un espacio como el Municipal, ha generado críticas entre algunos asistentes frecuentes. Conversaciones en la sala, teléfonos encendidos o salidas durante la función son situaciones que se han vuelto más visibles en los últimos años. Frente a ello, la directora enfatiza el rol formativo del teatro.
“Creemos que lo que hacemos mejora la vida de las personas. Mientras más gente se acerque, mejor. De lo contrario, este espacio quedaría reservado solo para quienes hemos tenido el privilegio de acceder a estas experiencias. Es cierto que hay públicos que no conocen los protocolos, pero es mucho más importante educar que excluir”, afirma.
Ese trabajo se traduce en acciones concretas. “Intentamos explicar, de la manera más amable posible, por qué es importante el silencio, por qué hay edades sugeridas para ciertos espectáculos o por qué no se puede comer en la sala. Es un proceso, pero vale la pena recorrerlo, porque conectar con un entorno estético como este tiene un valor enorme para la sociedad y para el país”, añade.
Paolo Bortolameolli y la atracción de nuevos públicos

En ese contexto, la llegada de Paolo Bortolameolli a la dirección de la Orquesta Filarmónica ha sido clave. Conocido por su labor divulgativa —incluido un podcast que cruza rock y música clásica—, su figura ha contribuido a ampliar el alcance del repertorio sin sacrificar exigencia artística.
“Leonard Bernstein es una referencia muy importante para Paolo. Es un hombre muy creativo y un gran divulgador, pero también fue elegido por su peso musical. Frente a una orquesta con 70 años de historia, eso es indispensable”, subraya Larenas.
Figuras destacadas de la temporada 2026
Consultada por los invitados de la próxima temporada, la directora evita jerarquías excesivas, aunque reconoce algunos nombres que captan especial atención. Entre ellos, Inès McIntosh y Shale Wagman, bailarines de la Ópera de París que interpretarán El lago de los cisnes, y la soprano Asmik Grigorian, quien ofrecerá un recital junto a la Orquesta Filarmónica de Santiago en diciembre.
En ópera, destaca el debut de Cristina Gallardo-Domâs como regista, con una puesta en escena de La Bohème ambientada en el París de 1945. También figuran la directora ucraniana Oksana Lyniv —la única mujer que ha dirigido en Bayreuth—, el pianista Pierre-Laurent Aimard y el estreno mundial del ballet Orgullo y Prejuicio, creado especialmente para el Ballet de Santiago. A ello se suma La Cenicienta, reinterpretada por el joven coreógrafo británico Lachlan Monaghan.
Una infraestructura que pide actualización
La reciente apertura de la Sala Sinfónica de la Universidad de Chile es vista por Larenas como una buena noticia para el ecosistema cultural. “Mientras más espacios y mejores experiencias existan, mejor para todos”, afirma. Sin embargo, esa nueva sala también refuerza una convicción: la urgencia de renovar el Teatro Municipal.
“Al mismo tiempo, esta situación refuerza en mí la idea de que el Teatro Municipal necesita un plan de renovación importante. En 2027 cumpliremos 170 años, lo que es muchísimo tiempo. Las infraestructuras culturales como esta tienen un impacto enorme en la ciudad y el país. Existe el turismo cultural, aunque acá se hable poco de ello, y los teatros históricos también necesitan actualizarse y ponerse al día”, sostiene.
Actualmente, el teatro trabaja con dos equipos de arquitectos para pensar una intervención de largo plazo. “No significa que esté todo listo para ejecutarse, porque son inversiones importantes que deben convocar tanto al mundo público como al privado. Pero de cara a los 170 años, es un debate que debemos comenzar a dar: cómo potenciar todo lo que el teatro es y todo lo que puede aportar, no solo en lo cultural, sino también en educación, formación y economía”, concluye.
¿Un generador para cuando se corta la luz?
A comienzos de la semana pasada se presentó en el Teatro Municipal el baterista fundador de The Police, Stewart Copeland, quien realizó un concierto sinfónico a tablero vuelto. El concierto fue parte de la cartelera de Stgo Fusión, quienes arrendaron la sala. Durante el bis hubo un corte que afectó al sector, lo que reveló que el recinto no cuenta con generadores para paliar la falta de suministro eléctrico. Consultada por esta situación, Carmen Gloria Larenas afirmó que han pensado en instalar generadores, pero topan con la falta de espacio y el ruido que estos provocan, lo que afectaría a los músicos.