El vino chileno se ha ganado un lugar privilegiado en la escena mundial, reconocido por su alta calidad y consistencia. Esta reputación no es casualidad, sino el resultado de una geografía única que interactúa con el clima, una estrategia de mercado enfocada en la calidad y la diversidad de sus cepas. La combinación de la imponente Cordillera de los Andes con la refrescante Corriente de Humboldt del Océano Pacífico crea un mosaico de microclimas a lo largo de los valles transversales. Esta diversidad geográfica permite a Chile producir una amplia gama de vinos.
En el primer semestre de 2025, las exportaciones de vinos con Denominación de Origen crecieron un 3% en valor, alcanzando los US$ 563 millones, con un volumen de 183 millones de litros. Este crecimiento se basa en una estrategia de premiumización. A modo de ejemplo, el desempeño en mayo de 2025 muestra que los vinos con precios entre US$40-50 por caja fueron los que más crecieron, con un aumento del 25% en valor y volumen. Al explorar opciones para tu hogar, considera la cava de vinos que se ajusten a esta tendencia.
El Carmenère y las cifras del mercado
La historia del Carmenère es un símbolo de esta calidad. Considerada una cepa casi extinta en su natal Francia, encontró en el clima seco, soleado y estable de Chile su lugar ideal, convirtiéndose en la marca registrada del país.
En cuanto al mercado global, Chile se ha consolidado como el quinto exportador mundial de vino. Mientras que en 2023 las exportaciones cayeron un 20.9% en volumen y 20.7% en valor en comparación con 2022 , las cifras más recientes del primer semestre de 2025 muestran una recuperación.
Los principales mercados para el vino chileno embotellado han tenido distintos comportamientos en 2025:
- Brasil es el principal destino, con un crecimiento del 8.5% en valor y 14% en volumen en el primer semestre.
- China es una preocupación, con un retroceso del 25% en volumen y valor en mayo.
- Estados Unidos ha tenido retrocesos en valor, pero un crecimiento significativo en volumen de exportaciones.
El consumidor chileno y los desafíos futuros
En el mercado local, el vino es motivo de “orgullo nacional” , y es la segunda bebida alcohólica más consumida después de la cerveza. No obstante, solo entre el 13% y el 16% de los chilenos lo bebe varias veces por semana. El principal desafío es conectar con las generaciones más jóvenes, ya que solo el 40% de los menores de 30 años declara que le gusta el vino, aunque un 71% disfruta de preparaciones como el “terremoto”.
El sector también enfrenta el desafío del cambio climático, que provoca escasez de agua, heladas tardías y olas de calor. La industria está respondiendo con una estrategia de tres fases que incluye diversificar técnicas de manejo, cambiar variedades de uva, y a largo plazo, reubicar viñedos en zonas más frescas. Este enfoque no solo busca la supervivencia, sino que también ofrece la oportunidad de producir nuevos y únicos vinos en el futuro.