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Ojo al Charqui: Durazneándola

El durazno simboliza la época feliz del año. Calor, terrazas y vino helado. El durazno chorreado en la mano de un niño, tartas de nectarines, y sobre todo el magnífico vino con fruta, el Clery, que queda inmejorable con duraznos pelados y es mucho más rico que con frutillas.

Hasta en el supermercado están buenos los duraznos. Y si se anima a dar una vuelta por la feria o por La Vega, la cosa mejora aun más. Peludos, pelados, plátanos y blanquillos ya están disponibles. Conserveros no he visto, pero deben estar a punto. Estaré ojo al charqui y lo mantendré informado.

El durazno simboliza la época feliz del año. Calor, terrazas y vino helado. El durazno chorreado en la mano de un niño, tartas de nectarines, y sobre todo el magnífico vino con fruta, el Clery, que queda inmejorable con duraznos pelados y es mucho más rico que con frutillas.

Lo mejor es pasar una tarde de domingo, una de domingo electoral por ejemplo, a la sombra de algún árbol y comerse hasta el último gajo pegado en el fondo del jarro. Es una borrachera frutal, novedosa y refrescante. Se la recomiendo. Eso sí no le recomiendo despertarse al día siguiente porque muy probablemente será un día triste.

Si no quiere ir tan lejos le aconsejo una versión abreviada de la ensalada de frutas del Clery. Ponga un durazno peludo pelado en gajos en un bol, espolvoree una cucharadita de azúcar y revuelva. Luego póngale un Chardonnay de primera hasta casi cubrir los duraznos. Tape con film plástico y deje reposar hasta el día siguiente en el refrigerador. El menjunje va a fermentar. Sirva el durazno con un poco del almíbar y refrésque su cuerpo y su alma. Si quiere algo un poco más elaborado fíjeselas en esta receta gringa que le enseñara a pelar duraznos y a hornearlos con azúcar y vino para un sabor más intenso.

Si realmente quiere ponerle color vea este video de la fantástica Nigellla Lawson que hace los duraznos en un sirope de bourbon y menta, inspirada en los copetes que se tomaban en la novela de F.Scott Fitzgerald, El Gran Gatsby.

Como sea que ustedes elija disfrutar de la mejor fruta del verano, no venga con sandiísmos de última hora y transfórmese en duraznista. La clave, como toda buena relación, es mezclarlo con alcohol.

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