Atrás va a quedar el clásico dispositivo que conecta sensores al cuerpo humano para detectar cuando alguien miente. Su reemplazante: un polígrafo que usa tecnologías de reconocimiento facial e inteligencia artificial. Sus creadores: científicos chinos de la empresa Cloudwalk y de la Universidad de Jiatong de Shanhái.
Y más allá de medir la presión sanguínea -que es lo que hace el clásico método- este se basa en cinco formas de reconocimiento: facial, de voz, semántico, morfológico, físico. Pero sus funciones no se agotan solo ahí. El nuevo detector de mentiras estudia en detalle el sexo de la persona, sus expresiones faciales, su pulso y características de la voz mediante una cámara y sensor.
Aunque tal vez una de las características más impactantes tiene que ver con su sistema de inteligencia artificial. Ello dado a que le permite analizar los pensamientos y sensaciones de la persona observada. “(Los polígrafos tradicionales) a veces no funcionan con las personas que han recibido entrenamiento profesional” para mentir, dijo Zhou Xi, consejero delegado de Cloudwalk y uno de los responsables del desarrollo del dispositivo.