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1 de Septiembre de 2017

Joan Melé: “Debemos poner la dignidad humana en el centro de la economía”

Joan Melé es el promotor mundial de la Banca Etica, que gestiona el dinero de sus inversionistas en "economía real".

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Usar una entidad tan tradicional como un banco para hacer un cambio radical en la economía y el mundo. Esa es la idea de fondo que mueve a Joan Melé, promotor a nivel mundial de la Banca Ética, un concepto que a pesar de sonar contradictorio es defendido con pasión y cifras por este banquero catalán de 66 años.

La Banca Ética es un tipo de institución financiera que gestiona el dinero de sus inversores solamente en economía real, es decir, financian a través de créditos exclusivamente proyectos que generan bienes o servicios. También excluyen los créditos de consumo personal. De esta manera, dejan fuera la actividad especulativa propia del sistema financiero tradicional.

El primer banco de este tipo, Triodos Bank, se fundó en 1971 en Holanda. Actualmente existen 41 bancos de este tipo en todo el mundo, en países como España, Holanda, Bélgica, Reino Unido, Dinamarca, Noruega, Hungría, Suecia, Francia, Suiza, Suecia, Italia y Alemania, Estados Unidos, Canadá y Nueva Zelanda.

Melé, quien es miembro del consejo asesor de Triodos Bank, conversó con El Dínamo durante su estadía en Chile, en el marco de su gira de promoción por Argentina, Brasil y Colombia. En este viaje aprovechó además de realizar una serie de seminarios y talleres respecto a este tema.

– ¿Qué diferencia a la Banca Ética del resto de las entidades bancarias tradicionales?
– Lo que busca la Banca Ética es que el dinero de la gente sirva para la gente. La idea es que el banco sea un agente positivo, que haga que el dinero circule, que cree empresas. Esto implica no sólo cambiar un banco, es el cambio de un modelo económico para crear una economía humanizada, al servicio de la humanidad, no al servicio de unos cuantos. Entonces, el banco es como un núcleo, el corazón de un sistema que lo que pretende cambiar es el sistema social y económico.

Triodos significa en griego “tres caminos”. El banco cuando se fundó buscaba ser un banco moderno, europeo, independiente de poderes políticos, económicos, religiosos, y se crea con el propósito de construir un cambio positivo en la sociedad desde el sistema financiero. La sociedad y el mundo se pueden cambiar desde muchos lugares, desde una escuela, una ONG, un hospital, el periodismo, ¿por qué no desde un banco?

Siempre la idea es: nuestros clientes confían en nosotros su dinero y quieren que lo invirtamos en proyectos que valen la pena. Al banco se le pone la etiqueta de ético cuando tiene criterios éticos a la hora de invertir y define cuáles serán los proyectos en los que invertirá y explicamos el por qué, qué aportan a la sociedad y en qué no invertiremos, con criterios muy claros, más allá de si da beneficios o no. Un sector puede dar muchos beneficios económicos pero lo que está haciendo no nos interesa.
El segundo criterio de la banca ética es la transparencia radical. Es que esto a veces se olvida: un banco gestiona dinero que no es suyo. Un banco no tiene dinero, sólo lo administra. Por lo tanto, los clientes tienen el derecho y la responsabilidad de saber qué está haciendo el banco. Y si no le gusta, fuera. Y eso tiene el poder para cambiar el mundo.

La Banca Ética parece estar fuertemente influida por criterios como la solidaridad y el valor social, ¿cómo se cruzan estos valores con los que son propios del mundo financiero?
– La banca en general ha ido degenerando, primero porque los clientes no preguntan. Yo llevo 41 años vinculado a la banca y jamás nadie me ha preguntado “si yo te dejo mi dinero, qué haréis con él”, que es una pregunta normal antes de tomar una decisión. En banca no. Dejamos el dinero en el banco y el banco puede hacer lo que quiera. El banco es poderoso porque le cedemos nuestro poder a cambio de nada. Los bancos pueden estar financiando un monto de cosas que nunca permitiríamos de forma consciente, y sólo preguntamos cuánto me pagarás por mi dinero, cuál es la rentabilidad. No, la responsabilidad de lo que se hace con mi dinero es mía.
Nuestros criterios de inversión y la transparencia son los motivos por los que la gente nos ha puesto esta etiqueta de banca ética, que a mí me encanta porque es provocador, porque parece que estás diciendo que la otra banca no lo es.
La transparencia no es sólo un sistema de control, es un buen método para generar conciencia. Si veo qué proyectos está financiando mi dinero eso genera consciencia, entusiasmo, y hace que los clientes lo difundan a otras personas y que vean lo importante que es que el dinero se invierta en economía real, no en especulaciones raras que no te sabría ni explicar. Más del 99% del dinero que se mueve cada día en el mundo es especulación. O sea, atrás no hay nada. Es una burbuja que cuando revienta la gente normal es la que pierde. Cuando era directivo de otro banco, antes de estar en banca ética, se vendían unos productos que yo decía no entiendo esto, y algunos nos oponíamos a eso, cómo voy a vender algo que ni yo entiendo y que el cliente puede perder dinero.
Nosotros estamos en contra de la especulación, sólo invertimos en economía real, y además economía real que sea responsable, sostenible, que respete a las personas y al medioambiente. Ganar dinero está bien, me parece bien tener utilidades, pero el orden es primero las personas, el planeta y luego las utilidades. People, planet, profits, dicen los ingleses. Cuando comenzamos decían que esto era imposible, que no lo íbamos a conseguir, que no hay mercado, y que no es posible, y ahora ya está hecho, con un éxito espectacular.

– ¿Cuáles son estos tipos de proyectos en específico que han financiado hasta ahora?
– El banco invierte en tres sectores: cultura, medioambiente y sector social. ¿Por qué estos tres? Porque son sumamente necesarios para que una sociedad vaya bien y porque la banca en general no se interesa en estos ámbitos, no son negocios que den mucho dinero y además a veces ni los entienden y prefieren no meterse ahí. Entonces, por ejemplo, en cultura te encontrarías desde cine, televisión, radio, música, crecimiento personal, ediciones de libros, prensas. En medioambiente, agricultura orgánica, agricultura aerodinámica, energía solar, térmica, eólica, biomasa, construcción de edificios bioclimáticos, turismo sostenible. En sector social, desde temas de salud y medicina, atención a la infancia y tercera edad, colectivos en situación de riesgo.

– Y en sector social, por ejemplo, ¿no cabría la posibilidad de financiar partidos políticos?
– No, en Banca ética nosotros no financiamos partidos políticos ni sindicatos. Podemos financiar una municipalidad, un centro escolar, pero no un partido político.

– Y organizaciones que influyen a favor o en contra de iniciativas valóricas, como el aborto, por ejemplo.
– Nada que tenga un carácter político directo o indirecto lo financiamos, porque pensamos que es fundamental que el sistema financiero no se involucre con la política. En España, por ejemplo, todos los partidos políticos están financiados por bancos y dan préstamos que no se devuelven, por lo tanto, deben millones. Entonces, ¿quien manda al banco?, ¿cómo un político le va a decir algo a un banquero si el banquero es el que tiene el grifo? Entonces, todo lo que tenga que ver con ideas políticas, no. Por ejemplo, hemos financiado muchísimo cine en España, casi todos los Premios Goya. Menos una película con contenido político, con el tema de la ETA. No lo financiamos porque no nos queramos comprometer, sino que porque no nos toca. Nosotros financiamos proyectos que generen riqueza y que aporten valor, pero uno de nuestros principios es mantener la independencia con cualquier ideología política, porque si financias algo que tenga un color político pareciera que estás en contra del otro.

– ¿Cómo se diferencia la Banca Ética de otros sistemas como, por ejemplo, el llamado “Banco de los Pobres” (Banco Grameen)?
– Ese es un proyecto de micro créditos y dentro de Banca Ética hay bancos que sólo hacen micro créditos. Triodos Bank, por ejemplo, tiene un apartado pequeño en que también financia micro créditos. Pero el micro crédito es, como un primer auxilio, te diría yo. El concepto “Banco de los Pobres” no me gusta porque me da la impresión como que van a quedar siempre como pobres. Las micro finanzas han ayudado a salir de la pobreza, de morirse de hambre, a miles de familias, pero esa no es la solución. La solución es crear empresas que trabajen de otra manera.

– ¿Cuál ha sido el comportamiento de pago hasta ahora de los proyectos que han financiado?
– Tenemos muy poca morosidad respecto a otos bancos. En España, la tasa de morosidad normalmente estaba en un 7%, 8%, ahora, después de la crisis esta en un 14%, 15%, y la nuestra está en 3%.
Esto es porque antes de financiar un proyecto no sólo miramos que sea ético sino que sea un proyecto viable. Si no es viable no se puede financiar.
En banca se le está dando dinero a la gente sabiendo que la gente tiene dificultades para pagar. Un buen banco no puede hacer esto. Además, no puedes inducir al consumo inútil. Luego, trabajamos con tipos de interés adecuados. Es decir, si una persona tiene un proyecto social de atención a la tercera edad o a la infancia, por ejemplo, que tienen lo justo, pues pones un tipo de interés más bajo para que puedan salir adelante. Si una empresa quiere poner un parque de energía eólica que es una inversión para ganar millones, pues te voy a cobrar un poco más. Adecuamos el plazo de pago y el tipo de interés a las características de cada entidad. Pero tienen que pagar, esto se dice el primer día.

Banca ética de tipo latinoamericano

Específicamente en Chile, el proyecto se viene gestionando desde hace un año y medio a través de Doble Impacto, organización que funciona como un prototipo de Banca Ética en Chile, estudiando el mercado y haciendo de intermediario para que se financien proyectos. Actualmente, funciona como una plataforma de inversión que vincula inversionistas con proyectos de impacto positivo. Todas las alternativas de inversión han sido evaluados previamente con el modelo de evaluación integral del riesgo, para garantizar que aporten un valor añadido a la sociedad con su actividad, además de generar rentabilidad económica. A la fecha, hay 9 proyectos financiados.
Comenta además que en un año se han detectado alrededor de Santiago unas 500 empresas de los sectores que buscan financiar y de ellas se han visitado más de 100. Se estima que el banco en Chile entregará un rentabilidad al sexto año de un 13%.

Los proyectos que promueven están vinculados con viviendas sociales, energías renovables, agricultura orgánica y turismo sostenible, entre otros. “Imagínate en este país, además de todo el turismo de lujo que hay, hacer un turismo cultural, recuperar culturas autóctonas. Hay mucho potencial, y que además ¡te permite ganar dinero!”, asegura Melé.

– En estos cuatro años que lleva viajando a Chile, ¿qué feedback ha recibido, considerando que el modelo en España y Holanda, ya está consolidado?
– Aquí vamos a crear un banco propio, estamos creando un modelo latinoamericano, en el cual queremos que Chile sea el primer país y que se extienda al resto de países. Vamos a apoyar a todos los países que nos pidan un modelo. Estamos haciendo un estudio de toda Latinoamérica, que tiene unos 650 millones de hispanohablantes, o latinohablantes por llamarlo así si incluimos a Brasil, y pensamos que hay cosas muy similares de necesidades diferentes de Europa. La respuesta de la gente, que es lo que me preguntabas, increíble. Hay muchísimo interés, entonces he ido viendo cada año no sólo a dar charlas, nos hemos entrevistado con ministros, senadores, incluso en mayo pude saludar y hablar unos minutos con (Michelle) Bachelet, que coincidimos en un congreso y tal, hemos hablado a asociaciones de empresarios, el presidente del Banco Central, vamos a reunirnos con el Superintendente (de Bancos e Instituciones Financieras, SBIF).

– Y desde la banca tradicional, ¿cómo ha sido el feedback?
– También muchísimo interés. Incluso de los diputados y senadores, algunos que nos han dicho que nos van a apoyar. Sólo en algún momento el entonces presidente de la asociación de bancos que era un poco escéptico, pero nos hemos reunido con el que ahora lleva y puro entusiasmo. Pero en la sociedad, en todos los sectores, puro entusiasmo.

– ¿Qué características específicas tiene el modelo latinoamericano que comentabas respecto al modelo europeo?
– Siempre un banco tiene que observar cuáles son las necesidades de la sociedad. Aquí, por ejemplo, hay una gran diferencia social entre ricos y pobres. Hay una minoría de la población que acumula el, no sé, 80% de la riqueza. El último informe del Foro Mundial Económico dice que el 1% de la población mundial acumula más riqueza que el 99% restante. Y aquí, en estos países, a veces 10 familias acumulan el 80%, 70% de la riqueza. Pensamos que un banco así podría ayudar a salir de la pobreza a muchísima gente y a reducir estas barbaridades.
Nosotros lo que intentamos no es atacar o criticar a nadie, sino lo que estamos viendo es que hay mucha gente que tiene proyectos y que saldría de la pobreza no por caridad, ni dar limosna ni hacer donativos, no, nosotros estamos hablando de dar préstamos que van a financiar proyectos, que van a generar puestos de trabajo, y los van a devolver, y no microfinanzas, sino que préstamos normales.

Otra área que es intensiva en la explotación y que genera controversia en nuestro país es el sector minero. En este ámbito, por ejemplo, puede haber proyectos sustentables pero que están ligados a las mismas empresas mineras que pueden afectar el medio ambiente. ¿Estos proyectos también quedarían fuera?

– Fuera. Pero, por ejemplo ahora nos hemos encontrado en Colombia un proyecto de minería responsable, en que están promoviendo el trabajo con miles de mujeres que vuelven al modelo antiguo de decantación, que, vale, es más lento, quizás no es tan rentable, pero está dando trabajo a miles de personas. Porque sólo miramos la rentabilidad en dinero, ¿pero y la rentabilidad social? Miles de familias que van a tener trabajo y no contaminan. Entonces, se puede llegar a una minería responsable, que ya está empezando, yo estoy contactando gente para ver cómo lo van a hacer y tal, y darlo a conocer a otros.

– Aunque estos proyectos estén vinculados a empresas que tengan otros proyectos
– A ver, vamos a ver, si una empresa está contaminando y descubre una manera de hacer las cosas en que no contamina, o sea, ayudar a cambiar yo creo que es bueno. Tampoco podemos ser talibanes. Siempre y cuando tiene que haber un acuerdo de que sí, vamos a cambiar. Por ejemplo, ahora nos encontramos con las empresas de Sistema B, que son empresas que quieren cambiar, pero no podemos decir “mañana tienes que ser perfecto”, no hombre, en un plazo, en cuanto tiempo vamos a cambiar esto, en 5 años, en 7 años, vale. Ahora, si tengo una cosita para hacer un Green Wash, tengo una empresa ética pero otras 10 no, pues no. Fantasmadas no. Si una empresa tiene voluntad de cambio yo creo que tenemos que acompañar para que hagas un cambio. La idea es animar a un cambio positivo y por suerte mucha gente lo está haciendo, incluso empresarios que dicen yo quiero cambiar pero no sé como hacerlo, ayúdame. Agricultores, por ejemplo. La agricultura es salvaje. Eso es pan para hoy y hambre para mañana. En la India, por culpa de los transgénicos de Monsanto, más de 200 mil agricultores se han suicidado porque no podían pagar las deudas, y para liberar a las familias se han suicidado en los últimos 10 años. Entonces al agricultor hay que acompañarle, educarle, muchos no te escuchan, otros sí, y en un proceso de tres años pasamos a un sistema de agricultura normal a agricultura orgánica.
Hay miles de proyectos en todo el mundo especialmente en Latinoamerica que no pueden salir adelante porque nadie les quiere financiar. O sea, sobra dinero y nadie les quiere prestar porque no les interesa, ganan más especulando.

– ¿Cree que en Chile, un país tan profundamente neoliberal, pueda funcionar este sistema?
– Va a funcionar. Es que no me lo planteo de otra forma. En cada país al que voy me dicen “aquí no es posible” y yo me animo, porque es lo mismo que me dijeron en España. Falta más esta convicción, no hay que decir si es posible o no, es que lo vamos a hacer. No hay más. Cuando me dicen es que es muy difícil, y yo les digo “ayúdame y será más fácil”. Cómo no vamos a poder cambiar esto. Pero nos han hipntizado a través de los medios, la gente está atontada por los videojuegos y la realidad virtual, millones de personas cazando Pokemones. La gente está como hipnotizada y es facilísimo de manipular. Pero cuando la gente para, toma consciencia y dice no, con mi dinero no, pero no sólo en banca, a la hora de comprar. Si veo una chaqueta quiero saber quien la ha fabricado, dónde y en qué condiciones, y si lo averiguo y no me gusta no la compraré más. La mayoría de marcas que están hoy de moda, en cualquier boulevard o cualquier marca están explotando a la gente. ¿Cómo vamos a cambiar esto? ¿Con una ley? No. No te voy a comprar nunca más, a ver si cambias. Me da igual que sea Chile neoliberal, pero habrá gente de todo, estas son rutinas que se marcan, pautas, repitiendo los mismo mensajes. Ayer estuve en una universidad “neoliberal” (marca la comillas con los dedos), la Universidad del Desarrollo, y habían sólo 23 jóvenes y salieron motivadísimos. Siempre habrá gente dispuesta. Yo les decía sois unos privilegiados por estar aquí, fantástico, en primer lugar daros cuenta que lo sois, agradecerlo, y a partir de ahora preguntaros no solo cuanto vas a ganar si no como puedes devolver al mundo y tratar que el mundo cambie por todo lo que habéis recibido. Poneros un propósito en a vida que vaya mas alla de tener un trabajo y ganar dinero y consumir tonterias. Un propósito humano, qué puedo hacer por el mundo.

– Ve posibilidades de proyectar e instalar esta idea entonces
– Por supuesto, voy a luchar hasta que me muera, vamos a hacer mucho ruido todavía, vamos a provocar una epidemia de ética que se difunda y que contagie entusiasmo. El problema es cuando dudamos. Cuando dices ¿es posible? La respuesta es “cuenta conmigo”. No acepto un no va a ser posible. Que van a salir dificultades y tal, me da igual. ¿Amenazas? También he tenido alguna, y me animan, digo mira que somos importantes que me amenazan, bien, sigamos. Esas amenazas fueron en México, pero está bien. Esto es miedo, tienen miedo, porque ellos saben que frente a la consciencia no pueden hacer nada. Una vez que la gente ha despertado la conciencia se les ha acabado el poder. Ellos tienen poder porque nos manipulan con tonterías, nos distraen comprando. Los bancos endeudan a las familias en préstamos para comprar tonterías que no necesitan y las familias están sobre endeudadas. Prestamos que les dan para pagar el préstamo, tarjeta de crédito para pagar un televisor gigante, un carro que no necesito que lo voy a pagar en treinta años porque no lo puedo pagar, y no sé qué. Y la gente cae, cuánto mas humildes más caen. Frente a esto, educación.

– ¿Cuántas personas en Chile te han dicho “cuenta conmigo”? ¿Cuántos inversores tienes hasta ahora?
– Directa o indirectamente, bastantes. Inversores en la lista de inversores que estén poniendo dinero igual un centenar, hay gente que nos ha dicho que está dispuesta a poner millones, gente de mucho dinero está dispuesta, pero gente que se nos ha acercado y nos ha dejado sus datos porque quiere colaborar, igual son dos mil y pico personas.

Críticas a la banca ética

– Otro factor a considerar en Chile es la alta desconfianza y el desprestigio que tienen los bancos y las instituciones en general
– Eso es común. Vosotros pensáis que esto de aquí. No te cuento como es en Argentina. En España, la palabra banquero es un insulto. Piensa que han quebrado más de 200 bancos, que ha habido que pagarlos con dinero público. Millones de personas que han perdido su dinero porque el banco les engañó, financieras que el cliente no sabía lo que tenía. Y ni una solo persona en España me ha dicho no creo lo que estás diciendo, nadie. Porque cuando tú estás contando algo en lo que estás comprometido y es auténtico, la gente lo nota. En España nosotros empezamos mucho antes de la crisis, a finales de 2004 y la crisis estalla en el 2008. Desde el primer momento íbamos bien, pero cuando estalla la crisis fuimos mejor. Porque a nosotros no nos afectaba la crisis porque sólo hacemos economía real, por lo tanto la especulación no nos afecta. Entonces se ha visto que un banco ético es más seguro, más sólido. No nos daba tiempo a invertir ni a atender bien la cantidad de gente que se nos acercaba. En España hubo miles de personas estafadas. Y frente a todo esto nosotros nos hemos ganado la confianza, dando un testimonio personal a mostrar lo que estamos haciendo. Entonces yo digo, aquí va a pasar igual. Porque tú lo notas. En Chile, en México, en Perú, en todas partes la gente tiene desconfianza.

– Pero también la banca ética ha recibido críticas, especificamente en España por invertir en sectores que no cumplirían con los valores que propugna.
– A mí por ejemplo me han atacado muchísimo, han atacado al banco, había un ataque que decía que promovíamos la tortura infantil. Qué tonterías. Y luego, viendo los movimientos en internet, un experto en redes me dijo que ahí había alguien metiendo mucho dinero, porque puedes ver si es algo natural o es algo forzado. Qué hay detrás, pues no lo sé.
La explicación es que la mayor parte de los ahorros del mundo, al menos en Europa, están en fondos de inversión, no en depósitos, y los fondos de inversión están en las grandes empresas. Entonces se empezaron a crear “Fondos de inversión socialmente responsables” en los que las empresas mejoran su calificación en el Global Reporting Initiative (GRI) según una serie de parámetros y se hace una calificación que llaman Best in Class, el mejor de cada sector, en petróleo, en electricidad, en farmacéutica.

– Lo que comentas parece ser un objetivo mucho más grande que sólo instalar una banca ética
– Es mucho más grande, es recuperar la dignidad humana y ponerla en el centro de la economía, o sea que todo lo que hagamos esté al servicio del ser humano y del planeta. Este es el propósito. Y luego las utilidades no son el objetivo, son un resultado a final de año; si tú trabajas bien, a final de año ves que ha sobrado un dinero que es la riqueza que has creado, bien, pero no es el objetivo. El objetivo de un médico no es ganar dinero, es sanar vidas. El objetivo de un banco es hacer circular el dinero para que pueda salir riqueza.

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