“El humo negro no es señal de división entre los cardenales”, asegura el portavoz vaticano

Luego de que las dos votaciones de la mañana de este miércoles, segunda jornada de votación en el cónclave que elegirá al sucesor de el actual papa emérito, Benedicto XVI, arrojarán humo negro, tal como ocurrió en la primera votación realizada ayer, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, subrayó que estos resultados eran esperables.

De esta forma Lombardi descartó de plano que esto implique la existencia de divisiones al interior de 115 cardenales electores que están reunidos en la Capilla Sixtina, sino que “entran en lo normal, no es señal de división, sino que forma parte de una búsqueda normal de consensos”, dijo y detalló incluso que sólo han tenido lugar tres escrutinios y en el siglo pasado, sólo la elección de Pio XII fue positiva tras el tercer escrutinio.

“Más o menos, es lo que esperábamos”,  señaló Lombardi en la conferencia que se desarrolló esta mañana en el centro de prensa instalado en el Aula Pablo VI, al tiempo que reiteró que el humo oscuro indica que aún ningún cardenal ha conseguido los dos tercios de los votos, es decir 77 sufragios, la mayoría cualificada.

El portavoz informó de que los cardenales se encuentran bien, “de buen humor”, y esta mañana algunos han ido andando hasta la capilla Paulina, donde celebraron misa antes de entrar en la Sixtina por segundo día.

Consultado respecto de si algún cardenal está enfermo y si todos asistieron hoy a la Sixtina, tras verse ayer cómo uno de ellos iba en silla de ruedas y otro acompañado por un ayudante, Lombardi declaró que, en su opinión, “todos están bien”.

Un momento intenso en la plaza del mundo

Federico  Lombardi apuntó que desde que Benedicto XVI anunció su renuncia el 11 de febrero pasado hasta hoy se encuentran “en la fase decisiva” y agregó que eso es lo que se está viviendo en la Plaza de San Pedro, que se transforma estos días en “la Plaza del mundo”, donde se congregan tanto los ciudadanos romanos como peregrinos de todo el mundo para mirar la chimenea de la Capilla Sixtina esperando a que salga la fumata.

De hecho, precisó  que se ha congregado “muchísima gente, más gente de la que esperaba” lo cual indica a su juicio “la intensidad del momento”.

El padre Lombardi recordó que las fumatas se realizan gracias a un dispositivo electrónico de la estufa moderna, que se introduce y permite que el humo dure unos siete minutos. Este aparato se utiliza además de la estufa tradicional, donde se queman las papeletas de las votaciones desde 2005.

Así, para conseguir el color negro de la fumata, la composición química de los fumógenos es perclorato de potasio, antraceno y azufre y para la blanca se usa clorato de potasio, lactosa y colofonia. La colofonia, llamada también pez de Castilla, es una resina natural de color ámbar obtenida de las coníferas.

Antes, para producir el color negro se usaba el nerohumo o la brea, y para el blanco, paja mojada. Las chimeneas de la estufa y del aparato auxiliar se unen en un único conducto que desde el interior de la Capilla Sixtina desemboca cerca de la cumbrera de la cobertura del edificio. Para mejorar el tiro, las chimeneas se calientan con una resistencia eléctrica. Además tienen un ventilador de reserva.