La noticia quedó en la retina de muchos. Y no es para menos. A mediados de enero de este año se dio a conocer el caso del sacerdote católico norteamericano, Kevin Wallin, quien fue suspendido de sus labores luego de que se descubriera que había ganado más de US$300 mil por la venta de metanfetaminas y por si esto fuera poco, también se supo que era dueño de una tienda porno, llamada Land of Oz & Dorothy’s Place y que había fornicado en la rectoría de la catedral…vestido de mujer.
Hoy Wallin vuelve a las primeras planas debido a su decisión de declararse culpable de uno de los cargos en su contra, de acuerdo con un documento presentado el martes ante la corte.
Está programado que el religioso de la Diócesis Católico Romana de Bridgeport, en Connecticut, se presente en la Corte de Distrito en Hartford la próxima semana, en una audiencia en la que se declararía culpable de complot para poseer metanfetamina con intención de distribuirla, según el documento obtenido por The Associated Press.
Las autoridades indicaron que Wallin, de 61 años, recibió metanfetamina de algunos cómplices en California y obtuvo sus cuantiosas ganancias gracias a la venta de la droga en las afueras de su departamento en Waterbury durante el segundo semestre del año pasado.
Wallin, apodado por algunos medios como “monseñor metanfetamina”, fue pastor de la parroquia San Agustín en Bridgeport por nueve años hasta su renuncia en junio de 2011, argumentando problemas personales y de salud. Previamente había fungido seis años como pastor de la Iglesia de San Pedro en Danbury hasta el 2002.
En julio de 2011 se le otorgó un sabático. La diócesis de Bridgeport lo suspendió del sacerdocio en mayo del año pasado.
Agentes federales lo arrestaron el 3 de enero y un jurado investigador lo acusó junto a otras cuatro personas de cargos de narcotráfico el 15 de enero.
Todos los detenidos enfrentan un cargo de complot para distribuir 500 gramos o más de una sustancia que contenía metanfetamina y 50 gramos de metanfetamina, un delito que conlleva una sentencia de 10 años en prisión de ser hallados culpables.