El equilibrio global en la industria de los imanes de tierras raras puede verse redefinido en los próximos meses, luego de que el Pentágono realizara una multimillonaria inversión en la empresa MP Materials para expandir su capacidad de producción en Estados Unidos. El respaldo gubernamental apunta a los esfuerzos estadounidenses por reducir su dependencia de China en una industria que tiene injerencia desde la fabricación de automóviles eléctricos hasta sistema de defensa avanzados.
La decisión de apoyar a MP Materials no solo tiene relación con una inyección económica, sino que también con la ambición de reconstruir una cadena de suministro nacional que tenga la capacidad de desafiar al liderazgo chino, que actualmente cuenta con el control del 90% del mercado mundial, según informa The Wall Street Journal.
En sus instalaciones, ubicadas en la ciudad de Fort Worth, Texas, trabajadores manipulan metales fundidos a temperaturas que llegan a los 982 grados centígrados. El esfuerzo industrial ha permitido que la producción de tierras raras haya alcanzado una escala comercial inédita en suelo norteamericano en las últimas décadas. La fábrica es conocida como “10x”, un simbolismo por la apuesta de multiplicar por diez su capacidad de producir imanes, pasando de mil a 10 mil toneladas.
Más de 1.000 millones de dólares han sido invertidos en la infraestructura de MP Materials, con el objetivo de transformar importantes volúmenes de minerales extraídos en imanes de alta calidad para industrias tecnológicas y de defensa. Gran parte de esas pretensiones se deben a la mina Mountain Pass, ubicada en el desierto de California, que se ha consolidada como una de las fuentes más grandes de minerales de tierras raras en el hemisferio occidental.
La empresa de automóviles de Estados Unidos General Motors (GM) será una de las primeras en recibir estos imanes de tierras raras más adelante en el año.
El poderío de China en las tierras raras
El trasfondo de toda esta medida tiene que ver con el control casi monopólico de China sobre el mercado global de los imanes. El gigante asiático no solo concentra las minas más ricas del mundo, sino que ha consolidado una industria con la capacidad de procesar estos minerales a bajo costo y manejar sus residuos tóxicos.
Con lo anterior, China puede limitar el acceso a tecnologías clave y levantar barreras de entrada importante a competidores en Occidente. De hecho, en 2023 y 2024 Beijing intensificó las restricciones de exportaciones de imanes de tierras raras, llegando incluso a cerrar temporalmente una planta de Ford en Estados Unidos.
A pesar de las negociaciones entre Washington y Beijing tras los primeros escalamientos arancelarios, las exportaciones chinas de imanes aún siguen muy por debajo de lo esperado, sobre todo para proveedores de defensa.