El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS) reportó el primer caso humano en el país de infección por gusano barrenador del Nuevo Mundo, un parásito carnívoro, detectado en una persona de Maryland que regresó tras viajar a El Salvador, según informó el vocero de la institución Andrew G. Nixon.
La investigación confirmó la presencia del parásito el 4 de agosto, la cual fue llevada a cabo por el Departamento de Salud de Maryland y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). El paciente había vuelto de un país afectado por el brote y Nixon aseguró que “el riesgo para la salud pública en Estados Unidos por esta introducción es muy bajo“, sin dar detalles del estado actual de la persona.
Esta es la primera vez que un caso humano de gusano barrenador es diagnosticado en Estados Unidos asociado a un viaje desde un país con brote activo, habiendo superado su plaga interna en la década de 1960. A pesar de que la fuente directa de la infección del paciente varía entre El Salvador y Guatemala, los CDC confirmaron el caso tras analizar imágenes de las larvas extraídas del paciente.
Qué es el gusano barrenador
El gusano barrenador o screwworm del Nuevo Mundo es una larva de mosca parasitaria que pone huevos en las heridas de animales de sangre caliente. Las larvas se introducen así en el tejido vivo, descrito como si fuera un tornillo que se atornilla en madera, causando graves daños e incluso, si no es tratado, la muerte.
La mayoría de las infestaciones afectan al ganado, la fauna silvestre y las mascotas, aunque ocasionalmente puede afectar a humanos. El tratamiento consiste en extraer las larvas de forma manual y desinfectar la herida. En caso de ser detectada a tiempo, suele ser eficaz, aunque extraer cientos de larvas puede terminar siendo una intervención de alta complejidad.
Además de la presencia de gusanos en una herida o que éstas no cierren, alguno de los síntomas son la sensación de movimiento en una herida o en cualquier cavidad o mucosa; lesiones en la piel o llagas sin causa aparente que no sanan o empeoran con el tiempo; sangrado o mal olor en llagas abiertas; y fiebre o escalofríos cuando se llega a un cuadro de infección con bacterias.
Los viajeros en zonas donde el parásito es endémico o está siempre presente como América Central y del Sur y del Caribe, con heridas abiertas que pasan tiempo al aire libre o cerca del ganado suelen ser los más expuestos, según los CDC.