El gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, se volvió a imponer para continuar en el cargo que ostenta desde diciembre de 2019. Una victoria en la que no solo aplastó en las urnas al presidente Javier Milei junto a su partido La Libertad Avanza, sino que se ganó la oportunidad real para ser opción del peronismo en las presidenciales de 2027.
Adherente a la coalición argentina Unión por la Patria, liderada por Cristina Fernández y Sergio Massa, Kicillof tiene 53 años. Su carrera política data desde su época universitaria, donde obtuvo su licenciatura en Economía, participando en la agrupación estudiantil Tontos, pero no tanto (TNT), que en 2001 llamó a no asistir a los comicios legislativos que firmaron la suerte del presidente Fernando de la Rúa, quien dos meses después abandonaría el poder.
Su gran salto político lo dio en 2011, cuando se integró al segundo Gobierno de Cristina Fernández. Pasó de puestos intermedios a llegar a ser el titular del Ministerio de Economía entre noviembre del 2013 y diciembre del 2015. Mientras fue parte de la administración, una de sus grandes acciones fue participar del acuerdo con la firma Repsol por la expropiación de YPF.
En las elecciones de 2015 resultó elegido como diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires, donde fue presidente de la comisión de Economía y secretario en la Bicameral permanente de seguimiento y control de deuda exterior. Además participó como vocal en múltiples comisiones relacionadas a lo económico.
Hacía dos décadas que el peronismo no lograba vencer en unos comicios legislativos de medio término. Ahora, mientras Axel Kicillof saborea el momento que le propició un punto de corte histórico, pero por delante le esperan nuevos desafíos. Y no es solamente desde la presidencia. La aspiración de conducir al principal partido opositor sin fisuras internas y la promesa de ampliar las alianzas para derrotar a la ultraderecha en 2027 aseguran fricciones con los Kirchner.