Donald Trump ya se encuentra en el Reino Unido. Luego de seis años, el presidente estadounidense vivirá una nueva visita a la Familia Real, cuando en junio de 2019 fue invitado por última vez por la Reina Isabel II junto a la primera dama, Melania Trump, en un día cargado de mensajes simbólicos y tensiones latentes, un escenario similar al que se enfrentarán este miércoles.
Siendo recordada como un despliegue de protocolo y diplomacia cuidadosamente orquestado por la monarquía británica, la jornada incluyó una ceremonia oficial con salvas de 82 disparos —la mitad en honor al presidente, la otra por el aniversario de coronación de la Reina— y una visita a la guardia real encabezada por el entonces príncipe Carlos.
En el interior del palacio, la Reina presentó una exposición de objetos de la colección real relacionados con la historia de Estados Unidos, entre ellos un mapa del siglo XVIII de Nueva York y una estatuilla de peltre, obsequio del propio Trump en un encuentro anterior. Luego, el mandatario y la primera dama visitaron la Abadía de Westminster, donde depositaron una ofrenda en la tumba del Soldado Desconocido y escucharon un coro infantil en una breve pero solemne ceremonia.
La pieza central del día fue el banquete de Estado, durante el cual Isabel II ofreció un discurso con un claro mensaje diplomático: “Tras los sacrificios compartidos de la Segunda Guerra Mundial, Gran Bretaña y Estados Unidos trabajaron con otros aliados para construir un conjunto de instituciones internacionales, a fin de garantizar que los horrores del conflicto no se repitieran jamás”.
Trump, visiblemente honrado, presentó una respuesta en la misma línea. “Desde la Segunda Guerra Mundial hasta hoy, Su Majestad ha sido un símbolo constante de estas invaluables tradiciones. Ha encarnado el espíritu de dignidad, deber y patriotismo que late con orgullo en cada corazón británico”, dijo.
La visita reflejó tanto la fuerza de una alianza histórica como las complejidades políticas que hoy atraviesan ambos partidos con cuestionamientos políticos internos en ambos países, en una visita oficial que contará además con reuniones junto al primer ministro británico, Keir Starmer.