El cierre de Gobierno de Estados Unidos entró en su día número 36, lo que supera el récord anterior establecido en 2019 durante el primer mandato del presidente estadounidense, Donald Trump, y emerge como el más largo de la historia. El registro fue superado luego de una nueva votación fallida en el Senado para aprobar el proyecto de ley de gastos gubernamentales.
El cierre parcial cuesta US$15.000 millones por semana en pérdida de producción, causando recortes en programas federales, retrasos en vuelos y la pérdida de sueldo de todos los trabajadores federales. Pese a a ello, Trump se negó a negociar con senadores demócratas durante esta jornada para salvar los subsidios a los seguros médicos expirados hasta que acepten reabrir el Gobierno, a diferencia de como lo hizo con los legisladores republicanos esta mañana en medio de un desayuno oficial.
Los republicanos son reacios a financiar el programa sanitario Obamacare sin reformas, por lo que se espera que la negociación de un compromiso con los demócratas lleve tiempo, si es que se llega a un acuerdo para finalizar el cierre de Gobierno de Estados Unidos. El Senado actual cuenta con una escasa mayoría republicana de 53-47, lo que ha permitido que los demócratas puedan bloquear el proyecto de ley.
Esta situación dista de los 35 días de cierre vividos en 2019, cuando la discusión se centraba en la demanda de fondos de Trump para construir su muro en la frontera entre Estados Unidos y México.
Mientras todo esto ocurre, la ayuda alimentaria, los fondos para guarderías y otros innumerables servicios gubernamentales se encuentran seriamente interrumpidos a la par de que cientos de miles de trabajadores federales han sido suspendidos o se espera que acudan a trabajar sin sueldo. Sin los subsidios federales disponibles, los estadounidenses luchan contra precios desorbitados y contra la incapacidad de poder costear un seguro de salud.