El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, respondió con dureza a las críticas de la Unión Europea por los recientes ataques estadounidenses contra las llamadas narcolanchas en el Caribe.
Rubio defendió la legitimidad de las operaciones y cuestionó abiertamente la autoridad moral y política de los gobiernos europeos para decidir como Washington “defiende su seguridad nacional“.
“No creo que la Unión Europea tenga derecho a determinar qué es el derecho internacional, y mucho menos a decidir cómo Estados Unidos defiende su seguridad nacional“, declaró el funcionario, en alusión directa a los cuestionamientos surgidos desde Bruselas y París.
El ministro de Exteriores francés, Jean-Noel Barrot, había afirmado el martes que los bombardeos violan el derecho internacional y generan preocupación en los territorios franceses del Caribe. En la misma línea, la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, sostuvo a Reuters que tales ataques “solo podrían justificarse en caso de defensa propia o mediante una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU“.
Rubio replicó con ironía a esas acusaciones, señalando la aparente doble moral de los países europeos. “Me parece curioso que todos esos países quieran que enviemos y suministremos, por ejemplo, misiles Tomahawk con capacidad nuclear para defender Europa, pero cuando Estados Unidos posiciona un portaviones en nuestro propio hemisferio, donde vivimos, de repente eso se convierte en un problema“, expresó.
Las acciones que la Unión Europea critica a Estados Unidos por el Caribe
Las acciones forman parte de una nueva etapa de la guerra contra las drogas iniciada durante la administración Trump. Según reportes oficiales, hasta ahora se han hundido unas 20 embarcaciones, dejando 75 muertos en aguas del Caribe y del Pacífico.
Diversos gobiernos latinoamericanos —entre ellos Colombia, México y Brasil—, además de expertos de Naciones Unidas, han condenado las operaciones, calificándolas como “ejecuciones sumarias” contrarias al derecho internacional. Informes de la ONU, además, descartan que Venezuela sea actualmente un punto de producción o tránsito relevante de drogas hacia Estados Unidos.