Alemania ha elaborado un plan secreto de 1.200 páginas para coordinar el tránsito de hasta 800.000 soldados de la OTAN por su territorio en caso de un conflicto con Rusia, de acuerdo con información revelada por el Wall Street Journal. Conocido como Operation Plan Germany u OPLAN DEU, el documento marca un giro profundo en la estrategia de defensa europea.
El plan comenzó a diseñarse hace dos años y medio por un grupo de altos oficiales alemanes. Desde entonces, Berlín ha acelerado su implementación ante la percepción de que Moscú podría estar preparando un choque con la alianza atlántica. La posición geográfica de Alemania, convertida en corredor inevitable entre el oeste y el este del continente, vuelve esencial su capacidad para movilizar tropas, equipos y suministros.
El documento detalla rutas por puertos, ríos, ferrocarriles y autopistas, así como los mecanismos de seguridad para proteger esos desplazamientos.
Expertos citados por el periódico sostienen que cualquier despliegue hacia el este debería pasar por Alemania debido a la barrera natural que representan los Alpes. Uno de los oficiales involucrados en el plan resumió su propósito de manera directa: “La meta es prevenir la guerra dejando claro a nuestros enemigos que si nos atacan, no tendrán éxito“.
Aunque funcionarios alemanes consideran que Rusia podría estar lista para un escenario bélico contra la OTAN en 2029, diversos episodios de espionaje y sabotaje sugieren un horizonte más cercano.
Las dificultades en Alemania por el plan secreto filtrado para la OTAN ante Rusia
Un desafío central es el deterioro de la infraestructura alemana: cerca del 20% de las autopistas y más de una cuarta parte de los puentes requieren reparaciones. Esa precariedad ya ha tenido consecuencias. En febrero de 2024, un buque neerlandés chocó contra un puente ferroviario clave para el envío de municiones a Ucrania, paralizando el suministro durante semanas.
A pesar de las dificultades, los responsables del plan mantienen confianza en su avance. Uno de sus coautores lo definió como “un producto muy sofisticado“. El canciller Friedrich Merz, en una advertencia reciente, lo expresó sin rodeos: “Las amenazas son reales. No estamos en guerra, pero ya no vivimos en tiempos de paz“.