El discurso presidencial de Donald Trump la noche del 17 de diciembre, en el que defendió sus logros y utilizó exageraciones junto a declaraciones engañosas, encendió el debate en Estados Unidos: ¿se terminó el período de gracia para el mandatario republicano?
El reconocido periodista estadounidense Ezra Klein puso el tema en la palestra en su columna de opinión en el New York Times. Titulada El cambio de tendencia hacia Trump ha llegado a su fin, Klein analiza las contradictorias promesas de campaña del actual ocupante de la Casa Blanca.
“Trump se postuló para el cargo prometiendo precios más bajos. Pero también se postuló con políticas —aranceles y deportaciones— que elevan los precios al aumentar los costos de los bienes y la mano de obra. Tampoco trató de persuadir a los estadounidenses de que debían soportar precios más altos para subsidiar la fabricación nacional, aumentar los salarios de los nativos o aislar a China. En cambio, mintió a sus votantes“, afirma el periodista.
La separación de familias producto de las medidas contra la inmigración y el efecto radioactivo de los archivos Epstein son factores que, de acuerdo a Klein, están causando división al interior del Partido Republicano. Algunos de sus líderes no están dispuestos a avalar “la crueldad como cultura dominante“.
A ello se suman las victorias demócratas en las gobernaciones de Nueva Jersey y Virginia, que dejan a la oposición a Trump en mejor pie para las elecciones intermedias del próximo año.
¿Pero qué dicen las cifras sobre Trump?
Hay varios números que reafirman la idea de que a Trump se le está acabando el primer aire. El promedio de encuestas de NPR/PBS News, Reuters/Ipsos, NBC News y AP, actualizado al 17 de diciembre, sitúa su aprobación en 39% y la desaprobación en 58%. Son los datos más adversos para el mandatario desde que inició su mandato.
El desempeño económico tampoco refuerza su relato de que los otros países pagarán tratos comerciales injustos con los aranceles, beneficiando a las industrias del país. Según datos federales publicados el 18 de noviembre, los precios en Estados Unidos subieron 2,7% interanual hasta ese mes, apenas un día después de que Trump afirmara que la inflación estaba cayendo “muy rápido”.
El análisis, además, está incompleto. El cierre gubernamental más largo de la historia interrumpió la recopilación de datos: no hubo informe inflacionario en octubre y solo se levantó información parcial en noviembre.
En paralelo, una encuesta de NPR/PBS/Marist muestra que solo el 36% aprueba su manejo de la economía. Tampoco logró aislar a China, otra de sus promesas: los aranceles totales quedaron en 47% — siendo un gravamen adicional solo del 20%— y, en materia de inteligencia artificial, volvió a venderle chips avanzados de Nvidia, los cuales previamente el gigante asiático no tenía acceso.
“La economía interna es la que mide su popularidad”: el análisis del debate sobre Trump en Estados Unidos

En diálogo con EL DÍNAMO, el analista internacional de la Universidad Central y ex embajador del Servicio Exterior de Chile, Samuel Fernández, hace un análisis sobre el debate en la situación que atraviesa Donald Trump. En ese sentido, descarta que haya vivido una “luna de miel” política en su segundo mandato.
“Yo comenzaría por preguntarme si ha habido una luna de miel de parte de los demócratas o de parte de la prensa que siempre ha estado en su contra. Creo que nunca la ha tenido”, afirma. Además, subraya que Trump es “demasiado disruptivo” y que “ya no es ningún personaje desconocido”, lo que despierta críticas más voraces.
El analista reconoce, fuera de los aspectos criticados, que el mandatario también “quiso cambiar la política internacional y definitivamente la cambió”, con la mediación de conflictos. Algunos pudieron ser resueltos, mientras otros siguen en desarrollo, como el de Rusia y Ucrania.
Fernández destaca que “el haber tenido al menos un alto en fuego ya es algo que se le puede decir que ha obtenido algo positivo”, especialmente en la Franja de Gaza, aclarando que Ucrania, “que había sido el gran logro” que se había propuesto, hoy “está muy alejado”.
En lo económico, advierte costos internos por sus decisiones, los que “por lógica” iban a traer “un aumento del costo de vida” y recalca que “la economía norteamericana interna es lo que en definitiva mide su popularidad y su proyección”.
Aun así, sostiene que Trump actúa con horizonte limitado: “Él lo está manejando de manera corta, sabiendo que le quedan en la práctica tres años. Él quiere un reencauzamiento de la economía norteamericana de forma más equilibrada, y no solamente el horror que era un Estados Unidos que dispersaba dinero por el mundo sin mayor contraje”.
Sobre el futuro político, Fernández es cauto, considerando que hoy no existe una figura símil al líder republicano en el Partido Demócrata: “No creo que a Trump le importe mucho, porque no está compitiendo con nadie“.