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18 de Junio de 2014

Yo, Manuel: un Rodriguismo “nice” para las nuevas generaciones

Me hubiera gustado de la obra un riesgo mayor en lo argumentativo y también que no le cargara tanto la mano a la excelente actuación del actor que interpreta a todo el mundo, incluso a O’Higgins que queda mal parado como siempre, mostrando su indecisión y su vínculo con las logias.

Por Arturo Ledezma
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Arturo Ledezma es Director de Fisura.cl @arturoledezma

La obra Yo, Manuel de la compañía La Máquina Teatro mezcla con soltura la vida de uno de los más importantes héroes de nuestra historia con una cuota de humor y actualidad. En este juego de roles aparece un Rodríguez enfrentado con nuestra actualidad y, de pasadita, con el legado inconcluso de su ejercicio. Quizá la obra padece de tomar los elementos más ambiguos de la visión que tenemos de Rodríguez que son: La canción “El Aparecido” de Víctor Jara y la interpretación de Benjamín Vicuña y hacer con ellos un remix muy evidentemente documentado para una galería nueva, para un público joven, para un lector menos exigente. A pesar de todo es una mirada fresca -o nueva- y con eso, en cierto modo, revitaliza la necesidad que tenemos de mirar atrás para entender que nuestras batallas perdidas son y serán una constante que vale la pena repetir.

Lo más atractivo del montaje es la actuación de Daniel Gallo quien compone un personaje entretenido a la vez que creíble. Nunca está demás revisitar a Manuel Rodríguez y darle cuerpo cuantas veces sea necesario y Gallo en su interpretación permite un acercamiento desde una mirada lúdica, y hasta graciosa, del personaje histórico. También llama la atención la musicalización -casi actoral- de Alfredo Rossel quien hace las partes de acompañante en un sistema que está muy de moda. Me refiero a lo de incluir música que interviene y que es parte de la escenificación, no como una banda sonora, sino como un elemento más.

A mí en lo personal la obra me gustó y no me gustó. Me gustó porque es amable con el personaje de Manuel Rodríguez –aunque repite lo ya sabido- y lo pone en un contexto actual que permite mirar y evaluar -o comparar- el Chile que fue y que es hoy día; y No me gustó porque siento que en términos dramáticos la puesta en escena queda al debe. Si bien está muy documentada y, a ratos, tiene un sonsonete a clase de historia, sentí que el humor jugaba una presencia demasiado pesada a la hora de configurar un argumento que también debió tener un poquito de espesura o de dolor y que, a causa de la idea general de la obra, el peso histórico nada más quedaba en lo del dato Rossa o la ficción produciendo que el público se riera cuando no debía reír o que no hiciera puchero cuando debió hacer puchero. Pienso que el guión fue pretencioso a la hora de mezclar la realidad con la ficción y, a pesar de la excelente actuación de Gallo, se notaban mucho los hilos de dirección a la hora de configurar elementos de naturalidad en momentos en que -supuestamente- se salía de libreto o se intentaba actuar como si no se estuviera actuando. No es culpa del actor, claramente, pero era demasiado obvio el cambio de ritmo y perjudicaba otros momentos brillantes en los que el personaje/actor aparecía con facilidad e inteligencia. La dirección y el guión son efectivos, pero a ratos se pasa a un formato “efectista” en el que se presiente demasiado el efecto creado y se cae en la monotonía o la repetición de recursos para la galucha y eso al final: cansa.

Manuel Rodríguez quizá se merece un poco más que una pasada rápida pues, a mi juicio, los perfiles o retratos siempre pueden echarle mano a la ficción no solo como decorado sino además como exageración de rasgos distintivos, sin embargo para un público nuevo siempre es bueno entrar por wikipedia para pasar a dar una mirada más amplia luego de saber los datos básicos. Me hubiera gustado de la obra un riesgo mayor en lo argumentativo y también que no le cargara tanto la mano a la excelente actuación del actor que interpreta a todo el mundo, incluso a O’Higgins que queda mal parado como siempre, mostrando su indecisión y su vínculo con las logias que articularon la vida insigne de nuestra república aparecen como siempre debieran aparecer en nuestros almanaques. Estos elementos quizá son los que le dan a Yo, Manuel una cierta ventaja respecto de otras obras “patrimoniales” a pesar de que insisto con que queda demasiado por la superficie el trabajo de investigación porque las notas al pie olvidaron borrarlas del montaje. 

Recomendadísima para un público que quiera aprender historia con amabilidad y sin mucha seriedad, tal como la clase del profe reemplazante que pasa la materia que más le gusta pasar porque sabe que se va antes de terminar el año y cumple con dejar la puerta abierta para que alguien busque por su cuenta el resto de la historia no oficial. No recomendada para los que saben que en Chile hubo un Frente Patriótico que hizo mucho más que repartir leche en las poblaciones y menos aún para los que saben que un día como hoy se conmemoran 27 años de la Matanza de Corpus Cristi porque eso, al igual que el rescate en helicóptero o la lucha seria y arriesgada durante la dictadura, olvidaron contárselo a Manuel durante la obra y me da la idea de que se hubiera sentido orgulloso de saberlo.

Información de Temporada

  • Duración temporada: 7 de Junio al  6 de Julio
  • Horario: Sábado y Domingo a las 20:00.
  • Valor Entrada general: $4000 – Estudiantes $3000
  • Reservas : anfiteatrobavi@gmail.com
  • Lugar: Anfiteatro Bellas Artes

 

Dramaturgia y Dirección

Cristián Ruiz

Producción y Asistencia de Dirección

Marcela Barra

Intérprete

Composición y Narración musical

Alfredo Rossel

Diseño integral

Natalia Morales

Difusión

Javier Ubilla

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