En este contexto, un festival de cine es símbolo privilegiado de cultura de una ciudad. Así es considerado en las capitales más importantes del mundo y en las regiones donde se realiza, puesto que aporta en el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes ampliando su oferta cultural; en la promoción turística de la ciudad en el extranjero; la Imagen País; la incorporación de la ciudad al calendario internacional de festivales; la diversificación de la cartelera local de películas, entre otras. En este sentido, un certamen como SANFIC calza perfecto porque cumple con todos estos objetivos y mucho más, ya que al mismo tiempo aporta al desarrollo de la cinematografía local -tanto en su difusión como en su exportación- incluyendo decenas de películas nacionales y conectándolas con plataformas extranjeras, como fue el caso de “Matar un Hombre”, película de Alejandro Fernández Almendras, cinta participante SANFIC 9 y luego seleccionada en el festival de cine de Sundance, donde ganó como mejor película el año 2014.
Hace pocos días anunciamos los títulos que deslumbrarán en SANFIC 11 este año y como ya es costumbre, la parrilla viene recargada de producciones destacadas con 95 películas de más de veinte países y premieres mundiales; películas ganadoras de los festivales más importantes del mundo como Cannes, Berlín, Sundance, Venecia y un sólido escenario para el cine nacional.
Pero este año también apuntamos a destacar la labor formativa, educativa y de fomento. La primera, por las actividades conexas como charlas y seminarios, con SANFIC Industria. La segunda, por el acercamiento del cine de forma gratuita a sectores periféricos de la ciudad, con miras a la formación de audiencias, en SANFIC Familias. Y la tercera, por el espacio de industria para el cine nacional y latinoamericano con el fin de conectarlo con la industria internacional, en el espacio que da SANFIC Net.
Así, un festival de cine aparece como una plataforma para el desarrollo cultural y de la industria audiovisual, como también un “oasis” para refrescar la cartelera local y entregar al público la posibilidad de ver películas de distintos países del mundo, sin tener que viajar al extranjero o a los festivales más prestigiosos como Cannes, Berlín o New York, sino que las pueda ver en Santiago de Chile.