¿Por qué comunistas y socialistas tienen tanta lucidez para condenar la dictadura militar en Chile y nada dicen de otras dictaduras y totalitarismos en Venezuela, Cuba, Corea del Norte o la desaparecida RDA? ¿Por qué la gente escupe, reclama y trolea a los políticos por las redes sociales y luego no se levanta a votar? ¿Por qué celebramos eso de que el amor es más fuerte y luego no dejamos que otros se amen tan fuerte como les parezca? ¿Por qué repudiamos las malas prácticas e insistimos en imponerle a las nanas por el mínimo, tirar licencias falsas, doblar en segunda fila, estacionarnos en línea amarilla, tirar basura a la calle y tomar cuando manejamos? ¿Por qué reclamamos, reclamamos y volvemos a reclamar y no nos despegamos de nuestro cómodo sofá? ¿Por qué le enrostramos a otros que cumplan con su deber cuando nosotros difícilmente cumplimos con nuestro deber de ciudadanos?
¿Por qué nos escandalizamos con la situación de los migrantes en Europa y miramos con sospecha a colombianos, peruanos y haitianos que han venido a parar a nuestro país? ¿Por qué alegamos por la falta de transparencia escondidos tras seudónimos, sin dar el nombre y la cara? ¿Por qué nos espantamos de la delincuencia y hacemos vista gorda a miles de niños y niñas que crecen sin infancia en campamentos, poblaciones y rincones olvidados de Chile? ¿Por qué se busca eliminar el reemplazo en huelga y luego reemplazamos en huelga? ¿Por qué celebramos con devoción los diez años de canonización del Padre Hurtado y poco o nada hacemos por los más pobres? ¿Por qué nos quejamos de tanta mierda y no somos capaces de limpiar la caca del perro en plazas, parques públicos y jardines? ¿Por qué nos hablan de misericordia y perdón y después dejan a algunos debajo de la mesa? ¿Por qué levantamos la bandera de la igualdad desde barrios exclusivos, casas exclusivas, colegios exclusivos, universidades exclusivas y cargos exclusivos? ¿Por qué exigimos ética a nuestras autoridades y nosotros nos hacemos los lesos? ¿Por qué estamos plagados de mensajes “soy donante” y aún no aparecen los órganos para salvar pequeñas vidas?
¿Por qué nos metemos en la vida del resto y no permitimos que nadie se meta en la nuestra? ¿Por qué nos quejamos del alza en las tarifas de la luz y nos oponemos a cuanta central se nos ponga por delante? ¿Por qué debatimos de esta crisis de desconfianza resguardados tras rejas, alarmas, guardias y cámaras de seguridad? ¿Por qué pedimos tolerancia descalificando a quién piense distinto? ¿Por qué escribo tanta lesera para después hacer exactamente lo contrario? Quizás porque todos somos un poco pencas, un poco villanos, un poco inconsistentes y, principalmente, completa y absolutamente humanos.