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22 de Diciembre de 2017

Universidades al servicio de Chile: la disputa por romper la lógica individual

"Queremos un Chile donde prime lo colectivo por sobre lo individual, a diferencia de la lógica con que opera el sistema educacional hoy en día y que termina siendo reproducido con propuestas como las generadas por estos rectores".

Por María Paz Rojas y Felipe Godoy
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María Paz Rojas y Felipe Godoy es Presidenta de la Federación Universidad Católica del Maule y presidente de la Federación Universidad Católica de Valparaíso

El día 20 de diciembre, salió en la prensa que el Cruch, a través del rector de Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y de la Universidad Católica del Maule, quiere proponer un puntaje mínimo para acceder a la gratuidad, argumentando que el puntaje PSU tendría implicancias en la deserción de los estudiantes.

Nosotros vemos que los y las estudiantes de Chile debemos tener una postura diferente, basada en un profundo desacuerdo con la propuesta de dichos rectores. Ésta, no se hace cargo de la  realidad de nuestro sistema, tampoco plantea resolver las inequidades propias del sistema, donde el puntaje PSU es reflejo directo de la capacidad de pago de las familias; ni tampoco hace eco de lo que los mismos datos han demostrado, donde las tasas de deserción son menores en los y las estudiantes con gratuidad. Sumarle un requisito más a la gratuidad, es querer desdibujarla y no entenderla como un derecho social adquirido.

Vemos que aquí, la diferencia no es en ningún caso técnica ni de responsabilidad fiscal, sino más bien política, sobre todo en el entendimiento del rol de las mismas instituciones de educación superior que, bajo nuestro juicio, más que cerrarles las puertas a los estudiantes cuya situación de cuna se traduce en un menor puntaje, deben generar las condiciones para igualar la cancha. Las instituciones que cumplen con condiciones para la gratuidad deben tener un compromiso con los problemas país y no optar por una salida fácil que termina reproduciendo desigualdades más profundas.

Si bien, podemos llegar a entender la preocupación de fondo, la situación económica de las universidades, creemos que la solución planteada es errada, ya que prefieren dejar fuera a ciertos estudiantes que podrían ser más “caros”, en esta idea de igualar la cancha, en vez de buscar soluciones de más largo plazo. Sin ir más lejos, la propuesta no se hace cargo de las múltiples críticas de las que ha sido objeto la PSU como mecanismo de ingreso a la educación superior, como reflejo de la capacidad de los y las estudiantes y como predictor de su futuro rendimiento académico.

El movimiento estudiantil ha sido claro en que la democracia es un eje central, y donde esta democracia no es sólo la posibilidad de participar en política, sino que en el acceso a derechos sociales que siguen siendo una deuda pendiente con los y las jóvenes. Tenemos claro que un Chile que avanza, es un Chile que recoge el guante de no reproducir las inequidades del sistema.

Queremos un Chile donde prime lo colectivo por sobre lo individual, a diferencia de la lógica con que opera el sistema educacional hoy en día y que termina siendo reproducido con propuestas como las generadas por estos rectores. Hacemos un llamado al CRUCH a dialogar como comunidad universitaria, y a generar propuestas que pongan realmente la educación como derecho social garantizado para todos y todas, y no sólo para quienes sacan cierto puntaje mínimo.

Este también es un llamado a nuestro mismo movimiento. Erradicar el mercado en la educación implica también afrontar el nuevo escenario que se nos avecina con un gobierno de derecha, con la Unidad social y política más amplia. La educación que soñamos se construye y se defiende.

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