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16 de Enero de 2018

Sexualidad en el embarazo: mucho más que sexo

"Toma especial relevancia la comunicación con la pareja, para que el encuentro erótico no esté centrado en el coito sino que vaya mucho más allá, utilizando siempre la imaginación".

Por Esther Ayala
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Esther Ayala es Matrona y académica Facultad de Medicina U. San Sebastián

Hoy en día, que parece que todo está dicho sobre sexualidad, el embarazo aún sigue siendo una etapa en la que pareciera no existir. No se habla ni se informa, por lo que genera incertidumbre y ansiedad, haciendo que los mitos y creencias tomen un papel relevante.

Muchas parejas refieren temor a dañar al bebé durante el coito o a desencadenar un parto prematuro. Esta falta de información fidedigna, sumada a la presencia de múltiples prejuicios culturales que se han transmitido a lo largo del tiempo, han hecho que el embarazo se considere como una etapa de abstinencia casi obligada, donde la embarazada es considerada en muchas ocasiones como un ser “asexual”.

Pues bien, debemos tener claro que si el embarazo es de bajo riesgo no hay ninguna contraindicación para el disfrute de la sexualidad, y aclaro que hablo de sexualidad y no de sexo, ya que cuando nos referimos al sexo, pareciera que sólo nos centramos en el coito, sin embargo, la sexualidad es un concepto mucho más amplio, que engloba todas las formas de disfrutar el hecho de ser mujer u hombre.

Por eso es necesario que la embarazada y su pareja conozcan los cambios biológicos y psicológicos que sufre la gestante durante el embarazo y que podrían influir en el desarrollo de su sexualidad. De esta forma podrían reconocerlos e intentar adoptar medidas de cambio y de adaptación a su nueva situación. Esto evitaría que la esfera sexual de la pareja durante el embarazo sea una fuente de conflictos y malestar, y salga fortalecida y renovada.

Algunas ideas que se proponen para mejorar la vida sexual durante el embarazo van encaminadas a utilizar técnicas que sirvan para incrementar la conciencia corporal y sensorial, facilitando la aparición de respuestas eróticas, como las caricias, el contacto, el uso de todos los sentidos o la utilización de fantasías sexuales. Toma especial relevancia la comunicación con la pareja, para que el encuentro erótico no esté centrado en el coito sino que vaya mucho más allá, utilizando siempre la imaginación. Esto no quita que no se practique el coito, como otra forma de sexualidad, pero es importante que la mujer se sienta libre para decidir qué hacer en cada momento o qué posturas adoptar… sin presiones ni culpas.

Por supuesto, cabe destacar que éstas son recomendaciones para embarazos de bajo riesgo. Cuando existe alguna complicación durante el embarazo, siempre se deberá preguntar al médico tratante las recomendaciones en cuanto al coito en estos casos, pero como he dicho anteriormente hay muchas más formas de disfrutar la sexualidad sin necesidad de practicar un coito.

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