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Pandemia planetaria y crisis de la vivienda

De cara a un confinamiento efectivo es clave que las autoridades no se olviden de la crisis de la vivienda que enfrenta Chile y tomen medidas antes que el coronavirus saque ventajas de nuestra desigualdad residencial.

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El COVID-19 viene a revelar nuestras desigualdades. Las medidas más consensuadas de prevención, lavarse las manos y el distanciamiento social, serán difíciles de cumplir en muchos hogares.

Por ejemplo, hay más de 380.000 hogares que no tienen agua potable. Son al menos 916.167 personas de las cuales 135.302 son adultos mayores, el grupo de mayor riesgo. Si el acceso a lavarse a las manos es un problema, también lo son los factores residenciales.

A partir de un estudio con datos del CENSO 2017, hicimos un análisis de la calidad espacial de los hogares frente a la pandemia. Ponderamos la presencia de adultos mayores, viviendas precarias, hacinamiento y fragilidad económica.

Vemos que 1.329.994 hogares son vulnerables ante el COVID-19. Hay 7.146.674 personas vulnerables al contagio por sus características residenciales, siendo 1.095.850 adultos mayores.

Los números oficiales indican que el virus avanza, pero aún no conquista nuestras ciudades.

De cara a un confinamiento efectivo es clave que las autoridades no se olviden de la crisis de la vivienda que enfrenta Chile y esperamos que tomen medidas antes que el coronavirus saque ventajas de nuestra desigualdad residencial para seguir matando.

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Foto del Columnista Bárbara Bayolo Bárbara Bayolo