Secciones
Opinión

Bipolaridad: el estigma que afecta a miles de chilenos

La salud mental, también es salud. Es por ello que hacemos un llamado a las autoridades a dimensionar el impacto de esta realidad y a tomar medidas decididas. Invertir en salud mental es una necesidad que no puede esperar.

Las personas afectadas por bipolaridad son blanco de prejuicios que sólo acrecientan la ignorancia que hay frente a esta condición y frente a las enfermedades mentales en general. Es por ello que, en el Día del Trastorno Bipolar, se está lanzando la campaña “Tengo bipolaridad y eso no me define”, para visibilizar el estigma que sufren los pacientes.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la bipolaridad tiene una prevalencia de 2 a 3% en la población mundial. En Chile, la depresión mayor, depresión leve y distimia afecta a un 10, 7% de las mujeres y a un 4,9% de los hombres mayores de 15 años. Entre ellos, sobre 850 mil presenta este tipo que ocasiona cambios periódicos en el ánimo, que pueden variar entre depresivo, eutímico o maníaco. La vida continúa para los pacientes estabilizados: se estudia, se crían hijos, se cocina, se ama y se sufre.

El trastorno bipolar tiene tratamiento con medicamentos que estabilizan el estado de ánimo para atajar eficazmente las fases agudas y prevenir las reincidencia, además del apoyo psicosocial y la psicoeducación como elementos centrales del tratamiento. Todos conocemos a alguien que tiene o ha tenido un cuadro de salud mental. Por ello, es clave informarse y mirar con empatía a una condición que significa una vida normal si es que generamos las condiciones para que así sea.

La falta de inversión en salud mental tiene altas consecuencias para la detección y tratamiento. Datos de la DMDA – Asociación Nacional de Depresivos y Maníaco-Depresivos en EEUU, indican que el 48% de los pacientes bipolares había consultado al menos a tres profesionales antes de recibir el diagnóstico definitivo, y que el 75% tardó diez años en obtener un diagnóstico, cifras que se estima pueden ser un 20% más altas en nuestro país.

Hoy, en Chile, el gasto en salud mental es de 2,5% del presupuesto total de salud, muy por debajo del 6% recomendado por la OMS. Cifra dramática considerando la carga de estas condiciones y que se ha acrecentado exponencialmente por la pandemia.

La salud mental, también es salud. Es por ello que hacemos un llamado a las autoridades a dimensionar el impacto de esta realidad y a tomar medidas decididas. Invertir en salud mental es una necesidad que no puede esperar.

Notas relacionadas