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El silencio del PS

Lo más duro no fue la derrota. Fue la abstención interna. Lo que dicen los gráficos, los territorios, los chats. El PS no se despertó a votar por Tohá. No se movilizó. No hizo campaña. No puso la estructura.

No es la primera vez. Ni la segunda. Ni siquiera la tercera. Lo que vivió el PS en las últimas primarias no fue una sorpresa: fue la confirmación de una crisis que viene arrastrando hace años.

Ya había pasado con Paula Narváez. Su candidata natural, socialista, feminista, con el respaldo directo de Michelle Bachelet. Y, aun así, el partido le soltó la mano. Antes de eso, le cerraron la puerta en la cara a Ricardo Lagos, optando por Alejandro Guillier, un independiente sin partido ni estructura, que terminó aplastado en la presidencial.

Después vino Yasna Provoste. Tampoco era del PS, pero apostaron por ella como parte de la vieja Concertación. Salió quinta.

Y ahora, Carolina Tohá. Una figura con trayectoria, exministra, exalcaldesa, articuladora del pacto oficialista…pero tampoco de la casa. Tampoco PS. Y nuevamente, el resultado fue catastrófico: Jeannette Jara la duplicó en votos.

Pero lo más duro no fue la derrota. Fue la abstención interna. Lo que dicen los gráficos, los territorios, los chats. El PS no se despertó a votar por Tohá. No se movilizó. No hizo campaña. No puso la estructura.

En los grupos de WhatsApp, los dardos apuntan directo a los parlamentarios, dirigentes comunales y al comité central. Nadie quiso salir. Nadie levantó el teléfono. Nadie se sacó la foto. “No me rinde”, decían en voz baja.

Hoy, el silencio es incómodo. Porque esto ya no es una mala racha. Es un patrón. Una seguidilla de decisiones mal tomadas, de apuestas ajenas, de derrotas asumidas con resignación.

Desde que Isabel Allende dejó la presidencia, el PS se ha ido desdibujando. De tener 19 diputados, pasó a 12. De ser una maquinaria electoral, a una sigla con cada vez menos densidad. De casi el 10% en parlamentarias, hoy apenas supera el 6%.

Y por si faltara algo, ahora Jaime Naranjo -histórico PS- renuncia al partido para competirle a Paulina Vodanovic por el Senado. Y los números, dicen, le dan.

¿Quién se hace cargo? ¿Dónde está la reflexión política, el mea culpa?

En medio del vacío, Jeannette Jara empieza a consolidarse. Tiene despliegue, relato y un vínculo real con el mundo popular. No la ven como “la comunista”, sino como la simpática exministra, la que habla de los trabajadores y cita al Padre Hurtado y al histórico sindicalista decé Manuel Bustos, para hacerle gestos a todos.

Y sí: en el PS ya hay quienes comienzan a moverse. Porque la sobrevivencia exige definiciones. Y la elección parlamentaria, más que la presidencial, es la que puede sellar el destino de varios partidos. La duda es si esta vez el Partido Socialista va a tener el coraje de hacerse cargo. Si va a convocar una discusión ideológica real, con estrategia, con alianzas claras, con relato. O si va a seguir apostando a que Michelle Bachelet venga a salvarle la estantería.

Porque el fracaso en la primaria no fue un accidente. Fue la señal más clara de un partido que prefirió quedarse dormido en vez de, por fin, despertar.

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