Secciones
País

Corte rechaza recurso contra condominio por supuesta discriminación a ‘nanas’

Los jueces consideraron que no existe un actuar arbitrario en el Reglamento Interno del condominio, ya que en el texto no se establecen limitaciones de acceso para las asesoras del hogar a las piletas sino a quienes no son propietarios.

En forma unánime, la Séptima Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago rechazó un recurso de protección interpuesto por la presunta discriminación sufrida por las asesoras del hogar de algunos departamentos, quienes acusaban que se les negaba el acceso a las piscinas del lugar.

Los ministros Raúl Rocha y Juan Cristóbal Mera, más el abogado integrante José Luis López desestimaron la acción cautelar interpuesta por Anabel Ruiz en favor de su empleada, Jessica Escobar, una de las copropietarias de la Comunidad Habitacional Espoz 330, en la comuna de Vitacura.

Los jueces consideraron que no existe un actuar arbitrario en el Reglamento Interno de dicho condominio de departamentos, ya que en el texto no se establecen limitaciones de acceso para las asesoras del hogar a las piletas, sino que sólo restricciones a las personas que no son propietarias del edificio.

En el fallo, los jueces aseguran que “no hay ningún antecedente que permita convencer a los sentenciadores que sea persona jurídica, a través de sus órganos propios como es la Asamblea de Copropietarios, el Comité de Administración o el Administrador, haya impartido alguna orden o instrucción de prohibir el acceso a la piscina de la comunidad a las trabajadores de casa particular por el sólo hecho de ser tales” apunta la sentencia.

En todo caso, la recurrente puede apelar a la Sala Constitucional de la Corte Suprema.

 

Notas relacionadas








La causa que divide

La causa que divide

El problema, en definitiva, no es Israel. El problema es Chile. O, más precisamente, la decisión de su liderazgo de cruzar una línea que otros países aprendieron a no cruzar. Porque cuando un gobierno abandona la distinción entre crítica política y simbolismo identitario, no sólo tensiona relaciones internacionales: abre una grieta interna que luego dice no entender.

Foto del Columnista Débora Calderón Kohon Débora Calderón Kohon