Que las condiciones al interior de muchos de los centros del Sename y sus centros asociados no son óptimas y que hay problemas tanto de personal, como de higiene, hacinamiento, de infraestructura y maltratos al interior era algo relativamente conocido desde hace un tiempo. Pero en las últimas semanas se han dado a conocer distintos casos de muertes de menores de edad en centros del servicio que han conmocionado al país.
El último de ellos es el de la mujer de 16 año llamada Tania Ivana Osorio Yáñez, presuntamente a causa de negligencias en la residencia Pequeño Cottolengo de Rancagua.
En momentos en que el sistema está altamente cuestionado, la ministra Javiera Blanco ocupó un léxico en la sesión del lunes de la Comisión Investigadora del Sename en la Cámara de Diputados que puede explicar un poco el por qué el sistema que debiera dar cuidado y protección a menores ha sido por años descuidado.

En la oportunidad, cuando la ministra explicaba cuántos menores están actualmente en la red del Sename, se refirió a ellos como “stock”: “Solo aclarar que hay una diferencia entre el concepto de vigentes y atendidos. Uno es flujo y el otro es stock. Cuando yo hablo de ocho mil o en el caso de lo que había en 2013, que teníamos 9.770, hoy día tenemos 8.326 niñas, niños y adolescentes vigentes, es el stock”.
De inmediato, el diputado René Saffirio que estaba en la sesión y que renunció a la DC justamente por la pasividad del partido para criticar el mal funcionamiento del Sename, reparó en las palabras escogidas por la ministra. “¿Perdón, el stock?”. La ministra admitió que no escogió bien las palabras y se disculpó, aunque quizás, reflejó de la mejor manera cómo las instituciones que trabajan con el Sename conciben a los niños en riesgo social por los que reciben subvenciones.
Saffirio luego dijo a The Clinic: “Cuando la ministra habla de stock quiere decir que cada niño es concebido como un producto que genera utilidades. Eso es un niño para el sistema. Un voucher. Una mercadería”.