Son tres páginas en las que Mauricio Ortega, principal imputado por la agresión en contra de Nabila Rifo, se defiende de las acusaciones que ha enfrentado a raíz del ataque que conmocionó a un país.
La mujer fue hallada en la calle, con principio de hipotermia, golpeada, y sin sus ojos, en la madrugada del 14 de mayo. La tesis del Ministerio Público, encabezada por el fiscal jefe de la región de Aysén, Pedro Salgado, apuntaba unívocamente a Ortega. Pero la teoría empezó a presentar complicaciones después de que se publicara un audio telefónico, presuntamente de Rifo, donde lo exculpa del ataque.
Este lunes, el Diario Aysén, publica una carta de puño y letra del imputado, donde asegura ser imputado “por capricho y tozudez de los fiscales Salgado y González, quiero decir y reiterar una y mil veces que soy inocente”.
Especifica que con Nadia formaron una familia, con sus cuatro hijos, y que “jamás tendría motivo para tan cruel daño. Hoy Nadia y yo somos víctimas del sistema judicial chileno”.

Asegura haber sido torturado por carabineros, maltratado sicológicamente por los fiscales, los que “le an (sic) mentido a los jueces. No hay pruebas. Sólo se encapricharon conmigo”.
Acota que también Nadia está presa, pero “en la casa de su mamá no tiene comunicación y o poco que se a (sic) comunicado, los fiscales distorcionan (sic) la verdad”.
También en la carta menciona que Nadia tuvo una “infancia muy mala, pobre e y (sic) injusta y sacrificada. Así la acepte. La pobresa (sic) y injusticia de esta sociedad no puede marear y castigar a las personas”.
“Quisiera decir muchas cosas, pero también conosco (sic) el miedo y el terror y la mentira. Algo que hoy se cultiva en este caso. La única esperanza es la verda (sic) y la justicia de los juezes (sic). Un fuerte abrazo a mi familia y amigos gracias por la confianza de la comunidad”, continúa la carta, para concluir indicando que “soy y sere ‘inocente’ amo a mi familia en especialmente a mi hijos el sueño de un padre los único que pido mas mi inocencia y que busquen a el o los verdaderos culpables”.