Secciones
País

Nabila Rifo envía mensaje a Corte Suprema: “Sería una burla para mí que le rebajaran la condena”

“Hay muchas mujeres que las matan y los maridos están presos cinco años y después salen por (buena) conducta y vuelven a hacer lo mismo. ¿Cómo va a ser normal eso, cómo va a ser ésa la Justicia en Chile?”, criticó.

Nabila Rifo dejó en claro que sería “una burla” si la Corte Suprema ratifica la rebaja de condena que el Tribunal Oral en lo Penal de Coyhaique para Mauricio Ortega.

Esto, luego que La Tercera asegurara que el máximo tribunal acogió de manera parcial el recurso de nulidad presentada por la defensa de Ortega y desestimara considerar la agresión contra la mujer como “femicidio frustrado”.

Así, tipificaría el ataque solo como “lesiones graves en contexto de violencia intrafamiliar”, por lo que su pena pasaría de 26 años a 18 años de prisión.

Frente a esto, Rifo fue entrevistada por 24 Horas, señalando que “ojalá que no sea así, porque él (Ortega) se merece toda la condena”.

“Estuve en coma, estuve con pañales, sedada por los dolores; estuve muy mal, muy, muy mal, y pensaban que yo podía quedar en estado vegetal. Él me hizo mucho daño y así le quieren bajar la condena. No puede ser…”, argumentó.

Nabila explicó que “el fiscal me dijo que yo esté tranquila y que espere hasta mañana (martes), que va a ser lo último que se va a decidir, pero ojalá que sean conscientes en la Justicia de que lo que me hizo no es cualquier cosa, es mucho daño, y sería una burla para mí que le rebajaran esos años”, advirtió Rifo.

“(A los jueces) yo les digo que tomen una buena decisión, porque hay muchas mujeres que las matan y los maridos están presos cinco años y después salen por (buena) conducta y vuelven a hacer lo mismo. ¿Cómo va a ser normal eso, cómo va a ser ésa la Justicia en Chile? En otros países no es así”, sentenció.

Notas relacionadas










Este no es otro mural

Este no es otro mural

El arte tiene un poder transformador que a veces olvidamos, porque nos conecta con el territorio, con los otros y con nosotros mismos. Y cuando eso ocurre en el espacio público, no estamos frente a una obra más: estamos frente a una señal poderosa del tipo de ciudad que queremos habitar.

Foto del Columnista Alejandra Valdés Alejandra Valdés