A partir de 2018 empezará a regir la restricción permanente a los vehículos catalíticos previos a 2012. Así lo contempla el Plan de Descontaminación de la Región Metropolitana, llamado Santiago Respira, que fue aprobado esta semana por la Contraloría.
El objetivo es disminuir la presencia de material particulado fino (PM 2,5), uno de los más contaminantes y nocivos para la salud de la población, razón por la que también se prohibirá el uso de calefactores y cocinas a leñas en todo el Gran Santiago.
El ministro de Medio Ambiente, Marcelo Mena, destacó que el plan va “a significar una reducción de 63 por ciento de las emisiones de transportes, 19 por ciento de las emisiones de industrias y 93 por ciento del sector residencial, logrando reducir en un 60 por ciento la contaminación en invierno y permitir que exista una cantidad reducida de episodios críticos”.
En esa misma línea, el intendente de la RM, Claudio Orrego, señaló que “los santiaguinos merecemos y necesitamos respirar aire limpio, pero para ello todos debemos hacer un sacrificio, ya sea cambiando la leña por calefacción más limpia, restringiendo y compartiendo el auto y privilegiando el transporte público y la bicicleta”.
