En febrero de 2015, las vidas de Sebastián Dávalos y Natalia Compagnon dieron un drástico giro tras la revelación de una negociación por terrenos en Machalí, lo que derivó en una causa por presuntos delitos tributarios, enmarcados en el llamado “Caso Caval“.
Desde entonces, el matrimonio debió cambiar su estilo de vida y comenzar a tomar decisiones que permitieran sanear las deudas que comenzaron a crecer, luego de que las posibilidades laborales y negocios por este escándalo se redujeran prácticamente a cero. Así comenzaron a vender parte de sus pertenencias que habían adquirido.
Según cuenta La Tercera, Dávalos y Compagnon debieron vender el automóvil marca Lexus que aún les quedaba, tres terrenos de 5.000 metros cuadrados emplazados cerca del poblado de Los Choros, comuna de La Higuera, IV Región, y un departamento en San Alfonso del Mar, en la Región de Valparaíso.
Esto para poder pagar las nuevas causas judiciales y las varias demandas que han ido acumulando, como una por una deuda de $30 millones por cinco oficinas y seis estacionamientos que tiene en un edificio de Providencia. Además, una segunda acción legal en su contra provino del Banco Santander por incumplir el pago de $12 millones de un préstamo.
A esto se suma un nuevo estilo de vida, lejos del estilo que solían llevar, restringiendo sus salidas a lugares públicos como restaurantes o cafés, por lo que gran parte del día lo distribuyen en distintas tareas en su casa de tres pisos en un condominio de la comuna de La Reina. Por lo mismo, la idea de radicarse fuera del país una vez que concluya la causa judicial se mantiene presente en el matrimonio.
