Secciones
País

Nuncio Ivo Scapolo negó estar al tanto de caso de cura violador de niños en Linares

Finalmente, la nunciatura señaló que “en atención a la gravedad de las acusaciones hechas por el Sacerdote, el Nuncio está dispuesto a solicitar que se constituya una Comisión para investigar los hechos mencionados”.

El nuncio Ivo Scapolo negó conocer el caso de un sacerdote acusado de violar a varios niños, hecho denunciado por el párroco de Villa Prat, Sergio Díaz.

Y es que Díaz relató a radio Cooperativa que “estoy molesto y dolido con toda la jerarquía de la Iglesia, por todo lo que ha pasado. Yo trabajo en todo Chile y una vez supe que un cura violó a varios chiquillos. Esa vez, hablamos con el nuncio apostólico Scapolo”.

El llamado cura campesino agregó que incluso viajó a Santiago para entrevistarse con Scapolo, “llegamos lloviendo, con frío, y me dice que no nos va a recibir, (pese a que se trataba de algo) que no era por mí, era por los chiquillos que iban conmigo… ¿Cómo no voy a estar herido, si el papa confía en este nuncio, o confiaba plenamente?”.

En vista de esta situación, la nunciatura apostólica dio a conocer un comunicado, en el cual señala que Ivo Scapolo “nunca tuvo conocimiento de la denuncia a la cual hace referencia el sacerdote”.

“Mons. Scapolo no concordó ninguna reunión en la Nunciatura Apostólica con el sacerdote y en consecuencia, no fue posible que el nuncio se negara a encontrarse con el sacerdote y los jóvenes por él mencionados”, agregó.

Finalmente, la nunciatura señaló que “en atención a la gravedad de las acusaciones hechas por el Sacerdote, el Nuncio está dispuesto a solicitar que se constituya una Comisión para investigar los hechos mencionados”.

Notas relacionadas







Del fin de los pitutos a la pitutocracia

Del fin de los pitutos a la pitutocracia

Quizás el problema nunca fue el pituto en sí, sino quién lo ejercía. Porque al final del día, el Estado no se transformó en un espacio más transparente, más justo o más meritocrático. Solo cambió de manos. Y con ello, cambió también el tono: menos pudor, más autoindulgencia y la persistente convicción de que el poder, cuando es propio, siempre está justificado.

Foto del Columnista Bárbara Bayolo Bárbara Bayolo