En las 133 sesiones que se llevaron a cabo en la Cámara de Diputados entre marzo de 2018 y enero de 2019, la diputada Pamela Jiles no pidió la palabra en ningún momento, convirtiéndose en la única que no realizó intervenciones durante las discusiones en la Sala.
Al respecto, y en conversación con La Tercera, la parlamentaria frenteamplista señaló que su silencio en el hemiciclo es con justa razón, puesto que a ella le gusta hablar a través de acciones políticas.
Por ejemplo, explicó, “atravesar el hemiciclo a paso decidido y zamarrear a quién acaba de ofender a las víctimas de tortura es elocuente”. Luego, detalló que “como Rosa de Luxemburgo (feminista polaca) yo hablo a través de la acción política. No me interesa hablarle a las elites sino a mis ‘sinmonea’ que, le aseguro, me escuchan claramente”.
“Mi pueblo no se identifica ni respeta ni se siente representado por los discursos de ‘tribunos’. Lo que requerimos desde el Frente Amplio es poner el cuerpo en ese lugar ajeno, siempre de espaldas al Parlamento y de cara a los oprimidos. Es lo que hago”, agregó.
