Secciones
País

Charlie Sheen rechaza acusación de Corey Feldman de haber violado a Corey Haim

“Estas acusaciones enfermizas, retorcidas y extravagantes nunca ocurrieron”, dijo Sheen, quien hizo un llamado “a considerar la fuente y leer lo que Judy Haim, la madre (de Haim), tiene que decir”.

Charlie Sheen rechazó de plano las acusaciones haber violado a la fallecida estrella adolescente Corey Haim cuando tenía 13 años, en el marco de la filmación de la película “Lucas”.

Esto, luego que el también actor Crey Feldman denunciara el supuesto hecho en su documental “(My) Truth: The Rape of Two Coreys”, estrenado en Los Ángeles.

Y es que en una de las escenas, Feldman aseguró que la otrora estrella de “Two and a Half Men” violó a Haim en 1986 durante la grabación de la película “Lucas”.

El compañero de Haim señaló que Haim le habría señalado que Sheen, quien en ese entonces tenía 19 años, lo llevó entre dos trailers y “me violó a plena luz del día”.

Frente a estas declaraciones, Charlie Sheen envió un comunicado a The HuffPost, donde rechaza de forma vehemente sus dichos.

“Estas acusaciones enfermizas, retorcidas y extravagantes nunca ocurrieron”, dijo Sheen, quien hizo un llamado “a considerar la fuente y leer lo que Judy Haim, la madre (de Haim), tiene que decir”.

No es la primera vez que Sheen es acusado de abusar sexualmente de Corey Haim, ya que en 2017 demandó por difamación a National Enquirer, llegando a un acuerdo extrajudicial.

Junto con ello, el propio documental de Corey Feldman tiene una escena de Judy Haim en “The Dr. Oz Show” en 2017, donde identificó a otro actor, y no a Charlie Sheen, como el violador de su hijo.

La mujer reiteró sus dichos en Entertainment Tonight, donde recalcó que “mi hijo nunca mencionó a Charlie. Nunca hablamos de Charlie. Todo estaba inventado. Si mi hijo estuviera aquí para escuchar todo esto, vomitaría”.

Notas relacionadas








¿Por qué los alcaldes no llegan a ser presidente?

¿Por qué los alcaldes no llegan a ser presidente?

Gobernar un municipio exige eficacia; gobernar un país exige, además, conducción política, negociación de intereses y capacidad de disputar un rumbo. El alcalde ejecuta; el presidente arbitra conflictos nacionales y toma decisiones estructurales. El primero acumula aprobación ciudadana; el segundo debe construir mayorías. En ese tránsito, algo se quiebra.

Foto del Columnista Damián Trivelli Damián Trivelli