
Este jueves se entregaron los resultados de la encuesta Criteria del mes de abril, las que confirmaron la tendencia mostrada por otros estudios de opinión, que mantienen a la opción Rechazo por sobre el Apruebo de cara al plebiscito de salida que se realizará el próximo 4 de septiembre.
Según el análisis, durante el último mes se registraron “importantes cambios” en la percepción ciudadana respecto a la nueva Carta Magna que está desarrollando la Convención Constitucional, ya que si hace un mes un 33% de los consultados se inclinaba por aprobar, en abril ese porcentaje baja al 31%.
Mientras que quienes se inclinan por rechazar la propuesta, crecen 9 puntos y pasan de 30% a 39%, 18 puntos porcentuales más en dos meses. Los indecisos en tanto, bajan en 7 puntos porcentuales respecto del mes anterior.

A pesar de estas cifras, la mayoría de la población cree que ganará el Apruebo (46%), un 32% cree que ganará el Rechazo y un 22% no lo tiene claro.
En cuanto a la evaluación de la Convención Constitucional, la encuesta Criteria señaló que un 57% (+6) de la ciudadanía encuestada desaprueba su labor, en tanto un 25% (-5) la aprueba. “Una evaluación aún más crítica que la de septiembre del año pasado, concomitante al episodio Rojas Vade”, precisaron los analistas.

Además, el estudio consultó por algunos aspectos del proceso constituyente, independiente de la postura de aprobar o rechazar. En ese sentido, una mayoría en la población cree que de ganar el Apruebo “habrá más reconocimiento a los pueblos originarios, más derechos sociales, más cuidado del medio ambiente y menos violencia callejera”.
“En caso de ganar el Rechazo la mayoría de la población imagina que la comunidad LGTBI+ tendrá menos libertades y derechos, que habrá más tensión social y más frustración ciudadana”, añadió la encuesta.
Al segmentar según preferencias frente al plebiscito de salida, entre los indecisos “prima un imaginario más positivo en caso de un triunfo del Apruebo que frente al del Rechazo”.
Por la legitimidad del resultado del plebiscito, un 60% está dispuesto a aceptar cualquier resultado, aunque un 40% lo desconocería, lo que daría cuenta de la polarización que enfrenta el proceso.